jueves, 10 de diciembre de 2009

NO SALGAS DE CASA SIN ELLA

Por eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dada, para que puedan resistir en el día malo y, después de haberse preparado bien, mantenerse firmes. Efesios 6:13.

El paracaidista Ivan McGuire estaba impaciente por llegar al aeropuerto. Él y algunos de sus amigos paracaidistas iban hacer un salto en grupo y estaba ansioso.
Cuando llegó al aeropuerto, Ivan se unió a los otros saltadores mientras comprobaban sus paracaídas. Como él estaba encargado de filmar a la proeza, valiéndose de una cinta adhesiva, fijó a su casco la cámara activada con la voz y siguió a los demás al interior del avión.
Mientras el avión subía a las nubes, los miembros del equipo ensayaban mentalmente el salto. Cuando llegaron a una altitud de 3,200 metros, se alinearon para saltar.
Uno tras otro, sea arrojaron fuera del avión y cruzaron el aire. Ivan iba de último. Encendió la cámara se inclinó hacia delante y dejó que la gravedad tirara de él fuera del avión.
Cuando Ivan se encontró con los otros, ya habían empezado a hacer la formación. Maniobró con el cuerpo hacia la cadena de brazos y se agarró a ella.
Una vez el número estuvo hecho y grabado en la cámara, los saltadores se separaron unos de otros y abrieron sus paracaídas. Ivan buscó la cuerda que abría el suyo. Pero no estaba ahí.
Presa del pánico, dio grandes brazadas en el aire para descubrir que no llevaba paracaídas. Con la excitación por saltar, se había olvidado de lo más importante.
Como Ivan, podemos precipitarnos tanto para empezar el día que nos olvidemos de lo más importante. ¿Cada mañana pasas un tiempo con Jesús? ¿Antes de empezar el día abres una línea directa con el cielo?
La única manera de afrontar con éxitos los desafíos del día es ponernos en manos de Dios. Todos necesitamos su guía y su protección. No salgas de casa sin ella.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

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