EI faraón iba acercándose. Cuando los israelitas se fijaron y vieron a los egipcios pisándoles los talones, sintieron mucho miedo y clamaron al Señor (Éxodo 14: 10).
Cómo actúas tú cuando tienes que enfrentar el desempleo, la quiebra de un negocio, conflictos conyugales, la rebeldía de tus hijos o una enfermedad? En algún momento, todas estamos expuestas, cualquier tipo de situaciones difíciles. Y es que los problemas duelen mas cuando son repentinos. Lo anterior afecta especialmente a las mujeres cristianas, debido a que a veces creemos que, por el hecho de confiar en Dios, estamos exentas de que nos sucedan algunas desgracias.
A veces parece que, como en la época del pueblo de Israel, el enemigo nos pisa los talones y no sabemos qué hacer. Los israelitas estaban acorralados: frente a ellos estaba el mar, a los costados el desierto y detrás venia el ejército más poderoso del mundo. Los egipcios estaban felices y dispuestos a dar a los hebreos un escarmiento ejemplar. Entonces el pueblo clamó al cielo, pidió auxilio y sucedió algo increíble: el mar se abrió y el pueblo de Dios pudo cruzar al otro lado ante el asombro de chicos y grandes. El faraón y su ejército pretendieron seguir la misma ruta que el pueblo de Israel pero entonces el mar retomó su cauce, y Dios desbarató los carros de a caballo y acabó con la tropa mejor pertrechada del momento.
Nuestras quejas y murmuraciones en medio de las pruebas representan falta de fe. Deja de mirar al mundo, a tu antigua esclavitud, no digas: «Nos iba mejor en el mundo, siendo esclavos». Eso no es verdad. Ahora eres libre. Vas rumbo a la tierra prometida. Cualquier problema que tengas hoy no se compara con las dificultades que tenías antes de aceptar la esperanza cristia¬na. Mejor agradece al Señor por sus cuidados hacia ti.
Querido Dios, gracias porque en el pasado nos ayudaste y sabemos que podemos confiar en ti dejando el presente en tus manos.
Cómo actúas tú cuando tienes que enfrentar el desempleo, la quiebra de un negocio, conflictos conyugales, la rebeldía de tus hijos o una enfermedad? En algún momento, todas estamos expuestas, cualquier tipo de situaciones difíciles. Y es que los problemas duelen mas cuando son repentinos. Lo anterior afecta especialmente a las mujeres cristianas, debido a que a veces creemos que, por el hecho de confiar en Dios, estamos exentas de que nos sucedan algunas desgracias.
A veces parece que, como en la época del pueblo de Israel, el enemigo nos pisa los talones y no sabemos qué hacer. Los israelitas estaban acorralados: frente a ellos estaba el mar, a los costados el desierto y detrás venia el ejército más poderoso del mundo. Los egipcios estaban felices y dispuestos a dar a los hebreos un escarmiento ejemplar. Entonces el pueblo clamó al cielo, pidió auxilio y sucedió algo increíble: el mar se abrió y el pueblo de Dios pudo cruzar al otro lado ante el asombro de chicos y grandes. El faraón y su ejército pretendieron seguir la misma ruta que el pueblo de Israel pero entonces el mar retomó su cauce, y Dios desbarató los carros de a caballo y acabó con la tropa mejor pertrechada del momento.
Nuestras quejas y murmuraciones en medio de las pruebas representan falta de fe. Deja de mirar al mundo, a tu antigua esclavitud, no digas: «Nos iba mejor en el mundo, siendo esclavos». Eso no es verdad. Ahora eres libre. Vas rumbo a la tierra prometida. Cualquier problema que tengas hoy no se compara con las dificultades que tenías antes de aceptar la esperanza cristia¬na. Mejor agradece al Señor por sus cuidados hacia ti.
Querido Dios, gracias porque en el pasado nos ayudaste y sabemos que podemos confiar en ti dejando el presente en tus manos.
Patricia Velasco de Aguilar
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.
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