Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así como ella. Génesis 3:6.
Dios procura guiar a sus hijos para que tomemos decisiones sabias. Aunque clamamos a Dios pidiendo su dirección con frecuencia, no siempre hacemos lo que él indica que debe hacerse. Demasiado a menudo, hemos tomado un curso de acción contrario al que el Señor aconseja en su santa Palabra o al que él manifiesta a nuestra mente y nuestra conciencia a través del Espíritu Santo. Desgra¬ciadamente, no siempre seguimos su consejo. ¿Qué podemos esperar cuando dejamos de aceptar la voz de Dios, cuando adoptamos decisiones basadas en la lógica o el criterio humanos?
La historia registrada en Génesis 3: 1-7 muestra que Eva enfrentaba un conflicto entre lo que Dios había dicho y lo representado por sus propios deseos. Lamentablemente, decidió creer la mentira y no la verdad, aceptar el consejo del diablo y no el consejo de Dios, dejarse guiar por el que deseaba su ruina y no por el que deseaba su dicha y su felicidad. Como consecuencia de la fatídica decisión adoptada por ella y por su esposo, el pecado entró en el mundo, con su secuela de dolor, llanto, miseria y muerte.
Eva sabía muy bien lo que Dios requería de ella. Sin embargo, centró su atención en los atractivos de la oferta de Satanás. Sopesó cada opción contra los deseos de su propio corazón y, desgraciadamente, optó por lo que resultaba más agradable para sus ojos.
Cuando seguimos una conducta similar a la de Eva, lo que en realidad decimos a Dios es: «Muchísimas gracias por tu consejo, pero haré las cosas a mi manera, y no como tú quieres». Quizá no acabemos de expresar esas palabras, pero nuestras acciones comportan ese mensaje. Debemos ser cuidadosos de cómo respondemos a los llamamientos de Dios.
Dios se ha hecho asequible y disponible. Anhela que lo busquemos y le permitamos poner en nuestra mente sus pensamientos, para que podamos decidir correctamente. Si pedimos que nos ilumine para tomar decisiones correctas, entonces debemos atender su Palabra.
Di deseas evitarte muchas frustraciones, fracasos y pesares, sé obediente y pide fortaleza para seguir el consejo divino.
Tomado de la Matutina Siempre gozosos.
Dios procura guiar a sus hijos para que tomemos decisiones sabias. Aunque clamamos a Dios pidiendo su dirección con frecuencia, no siempre hacemos lo que él indica que debe hacerse. Demasiado a menudo, hemos tomado un curso de acción contrario al que el Señor aconseja en su santa Palabra o al que él manifiesta a nuestra mente y nuestra conciencia a través del Espíritu Santo. Desgra¬ciadamente, no siempre seguimos su consejo. ¿Qué podemos esperar cuando dejamos de aceptar la voz de Dios, cuando adoptamos decisiones basadas en la lógica o el criterio humanos?
La historia registrada en Génesis 3: 1-7 muestra que Eva enfrentaba un conflicto entre lo que Dios había dicho y lo representado por sus propios deseos. Lamentablemente, decidió creer la mentira y no la verdad, aceptar el consejo del diablo y no el consejo de Dios, dejarse guiar por el que deseaba su ruina y no por el que deseaba su dicha y su felicidad. Como consecuencia de la fatídica decisión adoptada por ella y por su esposo, el pecado entró en el mundo, con su secuela de dolor, llanto, miseria y muerte.
Eva sabía muy bien lo que Dios requería de ella. Sin embargo, centró su atención en los atractivos de la oferta de Satanás. Sopesó cada opción contra los deseos de su propio corazón y, desgraciadamente, optó por lo que resultaba más agradable para sus ojos.
Cuando seguimos una conducta similar a la de Eva, lo que en realidad decimos a Dios es: «Muchísimas gracias por tu consejo, pero haré las cosas a mi manera, y no como tú quieres». Quizá no acabemos de expresar esas palabras, pero nuestras acciones comportan ese mensaje. Debemos ser cuidadosos de cómo respondemos a los llamamientos de Dios.
Dios se ha hecho asequible y disponible. Anhela que lo busquemos y le permitamos poner en nuestra mente sus pensamientos, para que podamos decidir correctamente. Si pedimos que nos ilumine para tomar decisiones correctas, entonces debemos atender su Palabra.
Di deseas evitarte muchas frustraciones, fracasos y pesares, sé obediente y pide fortaleza para seguir el consejo divino.
Tomado de la Matutina Siempre gozosos.
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