Llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente. «¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo» (Mateo 2: 1, 2).
En los países hispanos, este día es muy importante para los niños. Como sabemos, los padres simulan ser los "Reyes Magos", como se los llama. Según los países, las costumbres son distintas: en algunos lugares, los niños dejan pasto y agua para «los camellos», y allí mismo los Reyes Magos dejan sus regalos, que los niños encuentran cuando se despiertan. En otros países, los padres les esconden los regalos a los niños, y estos los buscan por toda la casa cuando se levantan a la mañana. Este día fue, es y será una fiesta para los niños.
Independientemente de cómo se festeja este día en las diferentes culturas, o de si la fecha de la celebración corresponde o no a la realidad, el relato bíblico original es una historia tierna y emotiva, que encierra lecciones espirituales que no debiéramos pasar por alto.
A estos personajes de la historia se los conoce como los "Sabios de Oriente o los Tres Reyes Magos", aunque un análisis objetivo podría concluir que no eran tres, ni eran reyes ni eran magos. La palabra usada en el lenguaje original no se refiere a los que en nuestros días se llaman comúnmente magos, al estilo de David Copperfield, y que son mayormente ilusionistas. Los magos de la antigüedad eran estudiosos del calendario, la astronomía y la naturaleza, y pretendían anticipar fenómenos futuros. Eran los consejeros de las cortes antiguas, aunque no serían exactamente científicos en el estricto sentido moderno de la palabra.
Al principio se creía que eran nueve; después siete, cuatro, hasta llegar a tres. El número tres finalmente se adoptó por el hecho de que los sabios trajeron tres clases de regalos. Obviamente no eran reyes, pues no fueron recibidos como tales en la corte de Heredes, ni viajaron con una gran comitiva o ejército como habría sido el caso de un rey.
Es maravilloso que extranjeros y ajenos a la religión judía fuesen guiados por Dios para honrar al Mesías. Esto nos habla de la providencia exquisita de Dios, y del hecho de que él no hace acepción de personas. El Señor guía y conduce a los que están abiertos a su dirección. Oremos hoy para que nos ilumine y nos guíe en todo lo que hagamos.
Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C.
En los países hispanos, este día es muy importante para los niños. Como sabemos, los padres simulan ser los "Reyes Magos", como se los llama. Según los países, las costumbres son distintas: en algunos lugares, los niños dejan pasto y agua para «los camellos», y allí mismo los Reyes Magos dejan sus regalos, que los niños encuentran cuando se despiertan. En otros países, los padres les esconden los regalos a los niños, y estos los buscan por toda la casa cuando se levantan a la mañana. Este día fue, es y será una fiesta para los niños.
Independientemente de cómo se festeja este día en las diferentes culturas, o de si la fecha de la celebración corresponde o no a la realidad, el relato bíblico original es una historia tierna y emotiva, que encierra lecciones espirituales que no debiéramos pasar por alto.
A estos personajes de la historia se los conoce como los "Sabios de Oriente o los Tres Reyes Magos", aunque un análisis objetivo podría concluir que no eran tres, ni eran reyes ni eran magos. La palabra usada en el lenguaje original no se refiere a los que en nuestros días se llaman comúnmente magos, al estilo de David Copperfield, y que son mayormente ilusionistas. Los magos de la antigüedad eran estudiosos del calendario, la astronomía y la naturaleza, y pretendían anticipar fenómenos futuros. Eran los consejeros de las cortes antiguas, aunque no serían exactamente científicos en el estricto sentido moderno de la palabra.
Al principio se creía que eran nueve; después siete, cuatro, hasta llegar a tres. El número tres finalmente se adoptó por el hecho de que los sabios trajeron tres clases de regalos. Obviamente no eran reyes, pues no fueron recibidos como tales en la corte de Heredes, ni viajaron con una gran comitiva o ejército como habría sido el caso de un rey.
Es maravilloso que extranjeros y ajenos a la religión judía fuesen guiados por Dios para honrar al Mesías. Esto nos habla de la providencia exquisita de Dios, y del hecho de que él no hace acepción de personas. El Señor guía y conduce a los que están abiertos a su dirección. Oremos hoy para que nos ilumine y nos guíe en todo lo que hagamos.
Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C.
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