Puedes irte tranquilo», le dijo Jonatán a David, «pues los dos hemos hecho un juramento eterno en nombre del Señor, pidiéndole que juzgue entre tú y yo, y entre tus descendientes y los míos». Así que David se fue, y Jonatán regresó a la ciudad, 1 Samuel 20:42.
En el cumplimiento con la misión que Dios te ha dado, te encuentras con personas sin las cuales hubieras podido realizar tu cometido. En la plataforma de los hombres ilustres de la Biblia, David ocupa un lugar prominente. Es sin duda uno de los preferidos. ¿Pero qué hubiera sido de David sin Jonatán? ¿Con qué palabras calificarlas esta relación? ¿Amistad? ¿Afecto? ¿Lealtad?
Imagínate que Jonatán hubiera sentido celos por David. Tenía muchas razones para sentirlos, incluso más que el propio Saúl, que ocupaba el trono y figuraría en la historia como el primer rey de Israel. Tuvo su oportunidad. Sus activos y sus pasivos como gobernante. Jonatán era el heredero al trono. Sin duda que la experiencia de su padre se constituía en una escuela para él. Cada día recibía lecciones de cómo gobernar y cómo no gobernar cuando se presentara la oportunidad.
Repentinamente aparece otro aspirante al trono. Así lo entendió Saúl y se lo advirtió a Jonatán. Le dijo: «Mientras el hijo de Isaí viva en esta tierra, ¡ni tú ni tu reino estarán seguros!» (vers. 31). El dilema en que vivió Jonatán en cuanto a sus lealtades quedó resuelto cuando aceptó la voluntad de Dios. Así es como se pueden resolver los dilemas.
Necesitas estar seguro de la voluntad de Dios en tu vida. Debes asegurarte de la misión que Dios te ha encomendado, para que cuando por tu lealtad entres en conflicto tomes la mejor decisión, la que honre a Dios. En el capítulo 20 del primer libro de Samuel hay algunos deseos que será bueno recordar: «¡Que el Señor sea siempre testigo del juramento que tú y yo nos hemos hecho!» (vers. 23). «Juzgue [Dios] entre tú y yo» (vers. 42). ¿No te parece que si tus relaciones amistosas las vincularas a tu relación con Dios te iría mejor en todos los sentidos?
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
En el cumplimiento con la misión que Dios te ha dado, te encuentras con personas sin las cuales hubieras podido realizar tu cometido. En la plataforma de los hombres ilustres de la Biblia, David ocupa un lugar prominente. Es sin duda uno de los preferidos. ¿Pero qué hubiera sido de David sin Jonatán? ¿Con qué palabras calificarlas esta relación? ¿Amistad? ¿Afecto? ¿Lealtad?
Imagínate que Jonatán hubiera sentido celos por David. Tenía muchas razones para sentirlos, incluso más que el propio Saúl, que ocupaba el trono y figuraría en la historia como el primer rey de Israel. Tuvo su oportunidad. Sus activos y sus pasivos como gobernante. Jonatán era el heredero al trono. Sin duda que la experiencia de su padre se constituía en una escuela para él. Cada día recibía lecciones de cómo gobernar y cómo no gobernar cuando se presentara la oportunidad.
Repentinamente aparece otro aspirante al trono. Así lo entendió Saúl y se lo advirtió a Jonatán. Le dijo: «Mientras el hijo de Isaí viva en esta tierra, ¡ni tú ni tu reino estarán seguros!» (vers. 31). El dilema en que vivió Jonatán en cuanto a sus lealtades quedó resuelto cuando aceptó la voluntad de Dios. Así es como se pueden resolver los dilemas.
Necesitas estar seguro de la voluntad de Dios en tu vida. Debes asegurarte de la misión que Dios te ha encomendado, para que cuando por tu lealtad entres en conflicto tomes la mejor decisión, la que honre a Dios. En el capítulo 20 del primer libro de Samuel hay algunos deseos que será bueno recordar: «¡Que el Señor sea siempre testigo del juramento que tú y yo nos hemos hecho!» (vers. 23). «Juzgue [Dios] entre tú y yo» (vers. 42). ¿No te parece que si tus relaciones amistosas las vincularas a tu relación con Dios te iría mejor en todos los sentidos?
«Es inevitable que los jóvenes tengan compañías, y necesariamente sentirán su influencia [...]. Los jóvenes pueden ayudarse y fortalecerse mutuamente, mejorando en conducta, disposición y conocimiento». MJ 409
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
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