Dios nuestro, ¿acaso no vas a dictar sentencia contra ellos? Nosotros no podemos oponemos a esa gran multitud que viene a atacamos. ¡No sabemos qué hacer! ¡En ti hemos puesto nuestra esperanza! 2 Crónicas 20:12.
La exclamación que registra el texto de hoy es de Josafat, un rey de Judá que actuó con rectitud ante Dios. Durante su reinado hubo una crisis que estremeció Judá. Los amonitas y moabitas eran parientes de Israel, descendientes de Lot, pero habían caído en perversa idolatría. Estos pueblos se unieron para atacar a Judá. Formaron un gran ejército para pelear y destruir al pueblo de Dios. Esta guerra tenía implicaciones en el plan de salvación divino, la lucha del mal contra el bien.
El rey judío reunió al pueblo en el atrio del Templo. Con contrición y humillación oró al Señor, confesó su incapacidad para enfrentar al enemigo y su falta de estrategias para defenderse. Declaró su fe en Dios y dijo: «¡En ti hemos puesto nuestra esperanza!». Después de orar al Señor, él respondió por medio del levita Jahaziel y les dijo: «La batalla no es de ustedes sino mía» (vers. 15). Enseguida, el profeta les dio un consejo: «Quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará» (vers. 17). Todos confiaron plenamente en Dios y su fe fue recompensada con una victoria total. No tuvieron que pelear, únicamente fueron a recoger los despojos.
Hoy debes confiar plenamente en Dios. En la lucha contra el mal, él es el único que puede vencer por ti, solamente él puede darte la victoria. Desarrolla la fe mediante la lectura de la Biblia y literatura cristiana, no olvides orar. Así llegaras a confiar en Dios ante las fieras tentaciones y las más rudas y difíciles pruebas.
¿Te has alejado de Dios? ¿Los problemas y tentaciones son superiores a tu fuerza? ¿No sabes qué hacer con tu vida? La invitación del texto de hoy es para volver los ojos a Dios. Como registra el autor de Hebreos: «Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe» (Hebreos 12:2).
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
La exclamación que registra el texto de hoy es de Josafat, un rey de Judá que actuó con rectitud ante Dios. Durante su reinado hubo una crisis que estremeció Judá. Los amonitas y moabitas eran parientes de Israel, descendientes de Lot, pero habían caído en perversa idolatría. Estos pueblos se unieron para atacar a Judá. Formaron un gran ejército para pelear y destruir al pueblo de Dios. Esta guerra tenía implicaciones en el plan de salvación divino, la lucha del mal contra el bien.
El rey judío reunió al pueblo en el atrio del Templo. Con contrición y humillación oró al Señor, confesó su incapacidad para enfrentar al enemigo y su falta de estrategias para defenderse. Declaró su fe en Dios y dijo: «¡En ti hemos puesto nuestra esperanza!». Después de orar al Señor, él respondió por medio del levita Jahaziel y les dijo: «La batalla no es de ustedes sino mía» (vers. 15). Enseguida, el profeta les dio un consejo: «Quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará» (vers. 17). Todos confiaron plenamente en Dios y su fe fue recompensada con una victoria total. No tuvieron que pelear, únicamente fueron a recoger los despojos.
Hoy debes confiar plenamente en Dios. En la lucha contra el mal, él es el único que puede vencer por ti, solamente él puede darte la victoria. Desarrolla la fe mediante la lectura de la Biblia y literatura cristiana, no olvides orar. Así llegaras a confiar en Dios ante las fieras tentaciones y las más rudas y difíciles pruebas.
¿Te has alejado de Dios? ¿Los problemas y tentaciones son superiores a tu fuerza? ¿No sabes qué hacer con tu vida? La invitación del texto de hoy es para volver los ojos a Dios. Como registra el autor de Hebreos: «Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe» (Hebreos 12:2).
«Una confianza inflexible, una firme dependencia de Cristo, proporcionarán paz y seguridad al alma». IMJ 110.
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
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