«Pero, Señor», objetó Gedeón, «¿cómo voy a salvar a Israel? Mí clan es el más débil de la tribu de Manases, y yo soy el más insignificante de mi familia». Jueces 6:15
Gedeón hizo la pregunta correcta: «¿Cómo voy a salvar a Israel?» Pero demuestra que no escuchó todo el mensaje de parte de Dios. El Señor le dijo: «Yo soy quien te envía» (Jueces 6: 14). ¡No escuchó la parte más importante de la instrucción! ¿Recuerdas la memorable batalla de Gedeón contra los madianitas? La descripción del ejército enemigo es verdaderamente aterradora: «Los madianitas, los amalecitas y todos los otros pueblos del oriente que se habían establecido en el valle eran numerosos como langostas. Sus camellos eran incontables, como la arena a la orilla del mar» (Jueces 7: 12). Dios le había dicho a Gedeón que no importaba el número de los adversarios: «Tú derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré contigo» (Jueces 6: 16), fue la promesa divina. Tampoco importaba con cuántos hombres contaba Gedeón para la batalla. El ejército que se congregó al llamado a la guerra fue de solo 32,000 hombres. Pero 22,000 no estaban listos para el desafío. Habían acudido por obligación, presiones patrióticas o simple emoción de enrolarse para la guerra. Pero pronto se llenaron de miedo y en la primera oportunidad regresaron a su casa. Únicamente quedaron 10,000 soldados. Pero 9,700 no estaban plenamente concentrados en la tarea. Para la realización de la estrategia se requerían personas cuyo único objetivo fuera esta batalla. Así que Gedeón separó a 300 jóvenes valientes, disciplinados, leales a Dios y alejados de la idolatría (Patriarcas y profetas, p. 593).
Dios anhela encontrar jóvenes que estén dispuestos a dejarse conducir para cumplir sus propósitos. Si tú lo decides no vas a tener temor, porque sabes muy bien quién te ha enviado.
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
Gedeón hizo la pregunta correcta: «¿Cómo voy a salvar a Israel?» Pero demuestra que no escuchó todo el mensaje de parte de Dios. El Señor le dijo: «Yo soy quien te envía» (Jueces 6: 14). ¡No escuchó la parte más importante de la instrucción! ¿Recuerdas la memorable batalla de Gedeón contra los madianitas? La descripción del ejército enemigo es verdaderamente aterradora: «Los madianitas, los amalecitas y todos los otros pueblos del oriente que se habían establecido en el valle eran numerosos como langostas. Sus camellos eran incontables, como la arena a la orilla del mar» (Jueces 7: 12). Dios le había dicho a Gedeón que no importaba el número de los adversarios: «Tú derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré contigo» (Jueces 6: 16), fue la promesa divina. Tampoco importaba con cuántos hombres contaba Gedeón para la batalla. El ejército que se congregó al llamado a la guerra fue de solo 32,000 hombres. Pero 22,000 no estaban listos para el desafío. Habían acudido por obligación, presiones patrióticas o simple emoción de enrolarse para la guerra. Pero pronto se llenaron de miedo y en la primera oportunidad regresaron a su casa. Únicamente quedaron 10,000 soldados. Pero 9,700 no estaban plenamente concentrados en la tarea. Para la realización de la estrategia se requerían personas cuyo único objetivo fuera esta batalla. Así que Gedeón separó a 300 jóvenes valientes, disciplinados, leales a Dios y alejados de la idolatría (Patriarcas y profetas, p. 593).
Dios anhela encontrar jóvenes que estén dispuestos a dejarse conducir para cumplir sus propósitos. Si tú lo decides no vas a tener temor, porque sabes muy bien quién te ha enviado.
«Dios quiere que los jóvenes lleguen a ser hombres de mente seria,
a estar preparados para la acción en su noble obra y a ser aptos
para llevar responsabilidades». MJ 18
a estar preparados para la acción en su noble obra y a ser aptos
para llevar responsabilidades». MJ 18
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
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