Porque ni aun sus hermanos creían en él. Juan 7:5.
Es muy breve lo que la Biblia presenta de Jesús antes de su ministerio: su anunciamiento por el ángel Gabriel, su nacimiento, la visita de los pastores y de los reyes de oriente, su presentación en el templo y su nueva visita al templo a los doce años. También son escasas las narraciones bíblicas de la vida familiar de Jesús, pero las analizaremos un tanto. Tenía cuatro hermanos llamados Jacobo, José, Simón y Judas y varias hermanas cuyos nombres no aparecen registrados en la Biblia (ver Mar. 6:3).
Su ministerio no fue el esperado por la generación judía de su época, por el contrario, los líderes espirituales de su nación pusieron en tela de juicio cada una de sus palabras y actividades, y finalmente, con total incredulidad, llegaron a odiarlo como a un enemigo. Sus seguidores y discípulos se vieron influenciados por esta manera de pensar, y al interpretar mal las enseñanzas del Mesías lo abandonaron (Juan 6:66).
Hubiera sido animador para Jesús contar con el apoyo de sus familiares en su ministerio terrenal, pero tristemente no fue así, "porque ni aun sus hermanos creían en él. ¡Que duro tiene que haber sido para él que incluso su familia dudara de su tarea redentora! El Rey del universo que dejó todo para salvar a la humanidad, se encontraba en medio de ella incomprendido y abandonado por muchos que no creían en su ministerio.
Tristemente, la incredulidad reinante en la sociedad y en la familia de Cristo perdura hasta nuestros tiempos. Hombres y mujeres que podrían vivir una vida santificada y llena de amor, se lanzan de un modo desenfrenado tras los placeres que brinda la sociedad actual, porque no creen que el Rey del universo volverá otra vez. Personas que podrían tener en los registros celestiales el nombre de hermano de Jesús" muestran con sus hechos y sus palabras que no existe un Dios que sea capaz de juzgar y condenar al mundo.
Pero más allá de lo que haga la sociedad de nuestros días, tú tienes la posibilidad de elegir vivir como discípulo y hermano de Cristo. No necesitas repetir la historia que registra la Biblia» puedes cambiarla con tu vida y mostrar que eres un fiel creyente del ministerio de Jesús. Cada día, nuestro Señor espera que sus seguidores le muestren al mundo que existe un Dios que ama y se preocupa por la salvación de sus hijos, y tú y yo hemos sido llamados para dar este mensaje.
¿Aceptarás el desafío? Crees realmente en Jesús como el Salvador del mundo? Si es así, demuéstralo con tu vida.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela
Es muy breve lo que la Biblia presenta de Jesús antes de su ministerio: su anunciamiento por el ángel Gabriel, su nacimiento, la visita de los pastores y de los reyes de oriente, su presentación en el templo y su nueva visita al templo a los doce años. También son escasas las narraciones bíblicas de la vida familiar de Jesús, pero las analizaremos un tanto. Tenía cuatro hermanos llamados Jacobo, José, Simón y Judas y varias hermanas cuyos nombres no aparecen registrados en la Biblia (ver Mar. 6:3).
Su ministerio no fue el esperado por la generación judía de su época, por el contrario, los líderes espirituales de su nación pusieron en tela de juicio cada una de sus palabras y actividades, y finalmente, con total incredulidad, llegaron a odiarlo como a un enemigo. Sus seguidores y discípulos se vieron influenciados por esta manera de pensar, y al interpretar mal las enseñanzas del Mesías lo abandonaron (Juan 6:66).
Hubiera sido animador para Jesús contar con el apoyo de sus familiares en su ministerio terrenal, pero tristemente no fue así, "porque ni aun sus hermanos creían en él. ¡Que duro tiene que haber sido para él que incluso su familia dudara de su tarea redentora! El Rey del universo que dejó todo para salvar a la humanidad, se encontraba en medio de ella incomprendido y abandonado por muchos que no creían en su ministerio.
Tristemente, la incredulidad reinante en la sociedad y en la familia de Cristo perdura hasta nuestros tiempos. Hombres y mujeres que podrían vivir una vida santificada y llena de amor, se lanzan de un modo desenfrenado tras los placeres que brinda la sociedad actual, porque no creen que el Rey del universo volverá otra vez. Personas que podrían tener en los registros celestiales el nombre de hermano de Jesús" muestran con sus hechos y sus palabras que no existe un Dios que sea capaz de juzgar y condenar al mundo.
Pero más allá de lo que haga la sociedad de nuestros días, tú tienes la posibilidad de elegir vivir como discípulo y hermano de Cristo. No necesitas repetir la historia que registra la Biblia» puedes cambiarla con tu vida y mostrar que eres un fiel creyente del ministerio de Jesús. Cada día, nuestro Señor espera que sus seguidores le muestren al mundo que existe un Dios que ama y se preocupa por la salvación de sus hijos, y tú y yo hemos sido llamados para dar este mensaje.
¿Aceptarás el desafío? Crees realmente en Jesús como el Salvador del mundo? Si es así, demuéstralo con tu vida.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
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Por David Brizuela
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