martes, 15 de marzo de 2011

DIOS PUEDE

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que le pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros. Efesios 3:20.

Las hermanas de Lázaro habían enviado mensajeros a Jesús, pidiéndole que, por favor, fuese con urgencia a ayudarlas. Lázaro, aquel a quien Jesús amaba, estaba enfermo.
El Señor no fue; demoró más de la cuenta. Cuando finalmente llegó, ya era demasiado tarde: Lázaro no solo había muerto, sino también su cuerpo había entrado en estado de descomposición.
El lamento de Marta fue desgarrador:
-Señor, si hubieses venido, mi hermano no habría muerto.
¿Se había equivocado Jesús? ¿Le salieron mal los cálculos? ¿Por qué no atendió inmediatamente el pedido de dos hermanas angustiadas?
Lo que siguió a continuación confirma la promesa del versículo de hoy: Jesús resucitó a Lázaro. Marta y María habían pedido solo una curación; Jesús, aparentemente, no atendió su pedido. Él tenía dispuesto algo más grande: una resurrección.
Cuando las cosas no salen como quisieras que saliesen; cuando Dios, en apariencia, tarda en responderte, no desesperes. La promesa es que él hará cosas más grandes que las que le pediste. Dios es poderoso. ¡No te atrevas a dudar de su poder! Todo puede estar perdido, desde el punto de vista humano. Pero no para Dios. Él es poderoso. Abrió el Mar Rojo; hizo caer maná del cielo; cerró las fauces de los leones; derrotó a un gigante solo con una pequeña honda y dos piedrecitas.
Ese Dios no duerme, ni dormita, en las páginas de la Biblia. Esas historias no son ingenuas invenciones de la mente humana, para lograr que los niños duerman. Sucedieron con seres humanos semejantes a ti; y pueden ser también una realidad en tu experiencia si, con fe, te apoderas de esas promesas.
Por eso, no temas. Si miras por la ventana y observas a miles de "soldados" armados hasta los dientes, dispuestos a destruir tu vida, confía en Dios. En el nombre de Jesucristo, enfrenta tus temores. Tal vez, ellos sean tus peores enemigos. Pero, también serán vencidos si, antes de salir a encarar las luchas que te esperan, recuerdas que a tu lado está "Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que le pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

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