Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia. 1 Timoteo 2:9.
Una de las herramientas que tiene el enemigo para destruir la vida espiritual de los hijos de Dios es la moda. No se sabe dónde comienza, no se sabe cómo llega, pero se ven sus efectos en la enorme influencia que ejercen sobre la vida de millones de personas. Muchísimos jóvenes pertenecen a este grupo de esclavos de la moda; si por alguna causa no tienen lo que la moda les dicta, se sienten desdichados e infelices. Trabajan, ahorran, piden o exigen a sus padres que se les otorgue lo que reclaman sus caprichos sin pensar en los gastos, con el propósito de no desentonar o sentirse fuera de moda.
La moda abarca casi todas las facetas de la vida en sociedad y una de ellas es la vestimenta. Gracias a los medios masivos de comunicación las modas varían mucho más rápido que años atrás, y a su vez son estos medios los transmisores de "lo que se usará este invierno" o de "la ropa del verano".
De manera natural, las damas buscan atraer las miradas masculinas (y viceversa), pero se debe tener cuidado con lo que pueden provocar en la mente del que ve. Es posible que David nunca hubiera caído en el pecado con Betsabé si no la hubiera visto desnuda, y también es posible que muchos jóvenes jamás se hubieran extraviado en los pecados de índole sexual, si no hubieran visto a jovencitas con minifaldas, blusas transparentes y pantalones ajustados. Los contornos femeninos que siempre llamaron la atención del hombre hoy se exponen con total naturalidad, porque la moda le quita la connotación negativa que pudiera tener.
Señoritas y jóvenes, cuidado con lo que exponen para que otros miren. Soy consciente de que lo que estoy escribiendo va en contra de lo que nos muestra la sociedad, y no quiero que se lo interprete como que propongo que nos vistamos a la usanza victoriana. Cada hijo de Dios debe examinar su forma de vestir para no provocar pensamientos impuros en aquellos que nos mirarán, ya que cuando el gran apóstol aconsejó: "Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia" no lo hizo pensando solo en las damas, sino también en los caballeros.
Dios desea que sus hijos sean puros en todo, y esa pureza no se aplica solo a la vida interna de la persona, sino que también debe impulsar a otros a ser decentes en miradas y pensamientos. Cada seguidor de Jesús es responsable en alguna medida de la vida espiritual de los que tiene a su lado, por eso no te permitas ser un tropiezo para aquellos que te observan.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela
Una de las herramientas que tiene el enemigo para destruir la vida espiritual de los hijos de Dios es la moda. No se sabe dónde comienza, no se sabe cómo llega, pero se ven sus efectos en la enorme influencia que ejercen sobre la vida de millones de personas. Muchísimos jóvenes pertenecen a este grupo de esclavos de la moda; si por alguna causa no tienen lo que la moda les dicta, se sienten desdichados e infelices. Trabajan, ahorran, piden o exigen a sus padres que se les otorgue lo que reclaman sus caprichos sin pensar en los gastos, con el propósito de no desentonar o sentirse fuera de moda.
La moda abarca casi todas las facetas de la vida en sociedad y una de ellas es la vestimenta. Gracias a los medios masivos de comunicación las modas varían mucho más rápido que años atrás, y a su vez son estos medios los transmisores de "lo que se usará este invierno" o de "la ropa del verano".
De manera natural, las damas buscan atraer las miradas masculinas (y viceversa), pero se debe tener cuidado con lo que pueden provocar en la mente del que ve. Es posible que David nunca hubiera caído en el pecado con Betsabé si no la hubiera visto desnuda, y también es posible que muchos jóvenes jamás se hubieran extraviado en los pecados de índole sexual, si no hubieran visto a jovencitas con minifaldas, blusas transparentes y pantalones ajustados. Los contornos femeninos que siempre llamaron la atención del hombre hoy se exponen con total naturalidad, porque la moda le quita la connotación negativa que pudiera tener.
Señoritas y jóvenes, cuidado con lo que exponen para que otros miren. Soy consciente de que lo que estoy escribiendo va en contra de lo que nos muestra la sociedad, y no quiero que se lo interprete como que propongo que nos vistamos a la usanza victoriana. Cada hijo de Dios debe examinar su forma de vestir para no provocar pensamientos impuros en aquellos que nos mirarán, ya que cuando el gran apóstol aconsejó: "Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia" no lo hizo pensando solo en las damas, sino también en los caballeros.
Dios desea que sus hijos sean puros en todo, y esa pureza no se aplica solo a la vida interna de la persona, sino que también debe impulsar a otros a ser decentes en miradas y pensamientos. Cada seguidor de Jesús es responsable en alguna medida de la vida espiritual de los que tiene a su lado, por eso no te permitas ser un tropiezo para aquellos que te observan.
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