El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará. Eclesiastés 11:4.
En una escuela donde trabaje se propuso que tuviéramos una "semana sin televisión". El experimento consistió en invitar a las familias de los alumnos a que estuvieran una semana con el televisor apagado, y luego, el sábado de noche, cada familia contaría que sintió, quienes no "aguantaron" y como les fue durante esos cinco días de "abstinencia". La propuesta incluía una lista de sugerencias de actividades para ocupar el tiempo: conversar con un ser querido, comenzar a leer un nuevo libro, escribir, cocinar, sembrar una huerta, practicar algún deporte, andar en bicicleta, hacer algún arreglo en el hogar que no necesite mano de obra especializada, pintar un cuarto de la casa, construir maquetas, organizar las fotos familiares, visitar algún museo, etc.
Ese sábado de noche, más de setenta personas, entre adultos, niños y jóvenes se hicieron presentes para compartir lo vivido. Muchos de ellos, con aire de triunfo, contaban que habían comenzado a hacer, y que lo continuarían haciendo en el tiempo que empleaban para mirar algún programa televisivo. Una de las madres presentes expreso: "Los primeros días sentíamos algo extraño, como si nos sobrara el tiempo".
Esto es clave. A todos nos falta el tiempo, esta es la excusa más común de todas. El tiempo es don valioso del cual Dios nos hace responsable a cada uno de sus hijos; puede ser desperdiciado fácilmente. Se emplean horas y horas observando escenas que al final no dejan ningún beneficio interior. El sabio Salomón expreso: "El que al viento observa, no sembrara; y el que mira a las nubes, no segara". Con este ejemplo trato de ensenar que sin la siembra y la siega (figuras del trabajo y del alimento que provee), llegaran la pobreza y el hambre.
Hoy podría aplicarse esta sentencia a los hábitos que le quitan tiempo al estudio y a la preparación profesional. Por eso, valora el tiempo y esfuérzate en realizar una buena siembra que traiga prosperidad espiritual y material a tu vida.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
En una escuela donde trabaje se propuso que tuviéramos una "semana sin televisión". El experimento consistió en invitar a las familias de los alumnos a que estuvieran una semana con el televisor apagado, y luego, el sábado de noche, cada familia contaría que sintió, quienes no "aguantaron" y como les fue durante esos cinco días de "abstinencia". La propuesta incluía una lista de sugerencias de actividades para ocupar el tiempo: conversar con un ser querido, comenzar a leer un nuevo libro, escribir, cocinar, sembrar una huerta, practicar algún deporte, andar en bicicleta, hacer algún arreglo en el hogar que no necesite mano de obra especializada, pintar un cuarto de la casa, construir maquetas, organizar las fotos familiares, visitar algún museo, etc.
Ese sábado de noche, más de setenta personas, entre adultos, niños y jóvenes se hicieron presentes para compartir lo vivido. Muchos de ellos, con aire de triunfo, contaban que habían comenzado a hacer, y que lo continuarían haciendo en el tiempo que empleaban para mirar algún programa televisivo. Una de las madres presentes expreso: "Los primeros días sentíamos algo extraño, como si nos sobrara el tiempo".
Esto es clave. A todos nos falta el tiempo, esta es la excusa más común de todas. El tiempo es don valioso del cual Dios nos hace responsable a cada uno de sus hijos; puede ser desperdiciado fácilmente. Se emplean horas y horas observando escenas que al final no dejan ningún beneficio interior. El sabio Salomón expreso: "El que al viento observa, no sembrara; y el que mira a las nubes, no segara". Con este ejemplo trato de ensenar que sin la siembra y la siega (figuras del trabajo y del alimento que provee), llegaran la pobreza y el hambre.
Hoy podría aplicarse esta sentencia a los hábitos que le quitan tiempo al estudio y a la preparación profesional. Por eso, valora el tiempo y esfuérzate en realizar una buena siembra que traiga prosperidad espiritual y material a tu vida.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
No hay comentarios:
Publicar un comentario