viernes, 19 de agosto de 2011

NO PIDAS PRESTADO

El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta. Proverbios 22:7.

Entre las muchas promesas que Dios registró en las Escrituras, están las que se asocian con la prosperidad económica. Aunque algunos duden de este criterio y piensen que Dios desea la pobreza para sus hijos, la Biblia no dice lo mismo. Dios prometió bendecir a su pueblo materialmente en numerosas ocasiones (Deut. 11:13-15; Prov. 3:9, 10; Mal. 3:10; Mar. 10:29, 30), y esas promesas también son para nosotros en la medida que tengamos en cuenta algunos aspectos que son imprescindibles.
Permíteme contarte un incidente que viví con un compañero de colportaje al que llamaré Ornar. Este joven tenía el talento de caer bien y convencía a las personas de que el material ofrecido era necesario para sus vidas. No llegaba con presión ni con deshonestidad, y para cada familia tenía una experiencia distinta que contar. Sus ventas fueron cuantiosas. Al comparar sus ventas con las mías, las suyas superaban ampliamente las mías. Sin embargo, al finalizar el verano, Ornar se sorprendió por la cantidad de dinero que yo llevaba a la universidad, mientras él volvía con un pequeño residuo de todo lo que había ganado ese verano. ¿Cuál era el problema? Sus deudas. Ornar tenía la mala costumbre de gastar más de lo que ganaba, y luego pedir prestado para subsistir, y de esa manera se sumergía en deudas que después se le hacían sumamente difíciles de pagar. Siempre las cubrió, ya que era honesto y responsable, pero en su caso, Dios podría haber obrado con bendiciones mucho más abundantes si Ornar no hubiera tenido la mala costumbre de pedir prestado.
Y tú, ¿te endeudas con facilidad? ¿Tienes la costumbre de pedir dinero prestado para salir de tus ajustes financieros? El consejo del proverbista es claro: "El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta". Si no quieres ser "siervo" de nadie no pidas prestado. Procura vivir cada día con lo que tienes, y no gastes más de lo que ganas, y verás con el tiempo que el Señor aumentará tus recursos económicos.
El Señor desea llenar de bienes a cada uno de sus hijos, y para ello dejó registrada en su Palabra una serie de consejos que, puestos en práctica, darían el éxito hasta a un incrédulo. Por eso, recuerda siempre el consejo de este día: Vive con lo que tienes y no pidas prestado.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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