sábado, 13 de agosto de 2011

UNA MUESTRA DE GRATITUD

Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra. Éxodo 35:21.

Si bien la fidelidad a Dios se manifiesta en la devolución del diezmo, la gratitud se demuestra a través de las ofrendas. Esta pauta que muestra que a mayor gratitud es mayor la ofrenda, se vio reflejada en los israelitas que fueron liberados por mano de Moisés del yugo egipcio. Por generaciones habían trabajado obligadamente bajo capataces en tareas de servidumbre, y esa dura esclavitud les amargó la existencia. No podían progresar económicamente, no tenían vacaciones ni feriados, ni tampoco podían respetar el sábado que sus antepasados habían venerado diferenciándose de las culturas idólatras. Simplemente trabajaban para que una nación extranjera se enriqueciera a costa de su esclavitud.
El Dios de sus antepasados se mostró como nunca lo había hecho y les dio la libertad sin ningún precio. Por medio de maravillosas obras, quebrantó a sus opresores y los despojó de sus bienes para dárselos a sus hijos. Fue en ese trayecto, antes de llegar a las cercanías de la tierra prometida, cuando se pidió a todas las familias del campamento que trajeran ofrendas voluntarias para construir el santuario. "Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra".
Día a día, hombres y mujeres agradecidos a Dios por la libertad recibida, agradecidos por tener sueños para el futuro y una vida digna de vivirse, llegaron a la presencia de Moisés con sus ofrendas, y trajeron tal cantidad que "Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más" (Éxo. 36:6).
Hoy también Dios te da libertad de vivir en Cristo sin el yugo esclavizador del pecado; libertad para que elijas tener un futuro en esta vida y disfrutar de la inmortalidad después que este mundo sea transformado. Y te pregunto: ¿Manifiestas tu agradecimiento a Dios por la libertad que te da? ¿Le muestras con tus palabras, con tus alabanzas y tus ofrendas, que estás feliz por lo que ha hecho por ti? Agradécele a Dios y testifica a todo el mundo lo agradecido que estás por la libertad que recibiste.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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