viernes, 9 de septiembre de 2011

“GRACIAS POR LOS ALIMENTOS”

Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente. Lucas 9:16.

En la Biblia no figura ningún mandamiento sobre la oración. En ninguna parte se nos dice: "Recuerda orar antes de ir a dormir", o "agradécele en oración al Padre por el alimento que tienes en tu mesa", o "no salgas de tu hogar sin haber dejado en manos divinas tu salida". No, la Biblia no impone la oración a ninguno de los hijos de Dios, pero sí presenta el ejemplo de grandes hombres de fe que usaron la oración como un recurso para estar en comunión con el Creador del mundo.
Todo pertenece a Dios en esta tierra. La casa donde vives, el colegio al que asistes, el auto en el que paseas, la computadora en la que trabajas, el equipo de sonido que te distrae, y todo lo que tienes como tuyo le pertenece al Creador. David lo expresó: "De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan" (Sal. 24:1). Por lo tanto, vale recordar que así como vinimos al mundo (sin nada), lo que hoy poseemos lo tenemos prestado hasta que nos vayamos de aquí. Todo lo material que actualmente consideramos como nuestro, bíblicamente hablando, es un regalo divino para nuestras vidas.
El alimento que está sobre nuestra mesa diariamente, también es un regalo de Dios. Quizá hasta el presente nunca te faltaron los alimentos sobre tu mesa, pero debes recordar que existen partes del planeta que no pueden hablar de la misma manera sobre el sustento de cada día. Tristemente, y como consecuencia del pecado, existen en la actualidad regiones del mundo en que sus habitantes pasan hambre. Esas personas ya no se fijan en qué comer, solo se conforman con tener algo para alimentarse. Aunque vivamos en la era de la computación, de los teléfonos celulares y la tecnología digital, hay información que no se propaga pero que es real: países enteros, sumidos en una pobreza abyecta, tienen un índice poblacional altísimo con carencia de alimentos.
Si estás en el grupo de personas que todos los días tiene alimento para su sustento, no dejes de agradecerle a Dios por esto. Aunque la Biblia no dé como mandamiento orar antes de comer, sigue el ejemplo de Jesús, que antes de repartir los panes y los peces a la multitud, elevó sus ojos al cielo y "los bendijo".

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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