domingo, 18 de septiembre de 2011

PERSEVERANCIA EN LA ORACIÓN

También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar. Lucas 18:1.

Cuando se utiliza la oración para rogarle a Dios por algo que nunca podríamos tener por nuestros propios medios, las Escrituras presentan "requisitos" para que Dios actúe y conteste el pedido. No es que el Señor necesite de esos requisitos, sino que estos tienen el propósito de acercarnos a él y ayudarnos a crecer espiritualmente.
Desde los tiempos de Jesús, muchas personas le pedían al Padre algo determinado, y al pasar el tiempo y no recibir respuesta, esas personas se "cansaban" de orar, y dejaban de hacerlo. Jesús vio esto, y entonces les narró "una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar". Esa parábola habla de pedir con perseverancia hasta que la oración sea contestada.
¿Qué es la perseverancia? Una niña de tres o cuatro años desea jugar con las ollas que su madre utiliza en la cocina, pero al pedírselas la madre le explica que no son un juguete y se niega a dárselas. La niña comienza a tirar de la falda de su madre, llora, por momentos grita, y continúa pidiendo las ollas para poder jugar. Después de unos quince minutos, la madre tiene los oídos "taladrados" por los gemidos de su hija, y ya bastante molesta termina dándole las ollas para que no insista más. ¿Qué hubiera pasado si la hija no insistía? Nunca hubiera tenido las ollas para jugar.
La parábola de Jesús presenta la vida de una viuda que con perseverancia va a un juez para que la defienda de su adversario. Como el juez era corrupto, no quiso escucharla, pero como la viuda no se cansaba de pedirle justicia, finalmente el juez accedió. Al terminar la parábola, Jesús preguntó: "¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?", para luego dejar la gran promesa: "Os digo que pronto les hará justicia" (Luc. 18:7, 8).
Si hay algo que deseas con todo tu corazón, que honrará a Dios y será una bendición para ti y tus semejantes, pídelo en oración a tu Padre celestial. Si la respuesta se tarda, no abandones tu ruego. "La perseverancia en la oración ha sido constituida en condición para recibir" (El camino a Cristo, p. 97). Dios conoce cuál es el mejor momento para contestar tu oración, por eso continúa orando como lo hacía la viuda. La respuesta llegará como un gran regalo de cumpleaños.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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