Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Efesios 6:11.
Si hay alguien que se molesta cuando los cristianos desean crecer espiritualmente, es el diablo. Él no está tranquilo, no se siente feliz cuando eso ocurre, y para detener el crecimiento planea cualquier cosa a fin de que los hijos de Dios se mantengan débiles e inmaduros.
Su estrategia: que los cristianos enfrenten tentaciones abrumadoras, que caigan reiteradamente en los mismos pecados, que se cansen de pedir fuerzas a Dios y perdón por haber transgredido otra vez su ley.
Sin embargo, así como un niño necesita alimentarse diariamente para crecer, y por su bien es imprescindible que ingresen a su organismo minerales, vitaminas y proteínas, el cristiano necesita alimentarse de "toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mat. 4:4) para obtener el crecimiento espiritual.
Además de alimento, las Escrituras se revelan como la "armadura de Dios". Sirven de protección, coraza y refugio "contra las asechanzas del diablo". Es notable que en las tres oportunidades que Satanás tentó a Jesús, las tres tentaciones fueran rechazadas con un "escrito está". No fue una cábala, no fue casualidad ni suerte, simplemente Jesús utilizó su Palabra como una armadura para que los ataques del enemigo resultaran infructuosos.
El enemigo intentará atacarte a través de la televisión, procurando sembrar en tu corazón ejemplos de vida pecaminosos. Utilizará la conversación con tus amigos, para que Dios no esté presente en sus comentarios, chistes y planes futuros. Pondrá a tu alcance dinero mal habido, para que corrompas tu integridad y tu conciencia. Quizás utilice a una persona atractiva del sexo opuesto para llevarte lejos de la iglesia y de Jesús. Hasta podrá utilizar a tus familiares más queridos para que te propongan caminos por los que un hijo de Dios no debe transitar.
Sí, el enemigo de Dios puede utilizar mil recursos diferentes para llevarte al pecado, pero el Señor deja a tu disposición su Palabra, para que como "armadura" de tu vida espiritual, esos ataques no te puedan dañar.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
Si hay alguien que se molesta cuando los cristianos desean crecer espiritualmente, es el diablo. Él no está tranquilo, no se siente feliz cuando eso ocurre, y para detener el crecimiento planea cualquier cosa a fin de que los hijos de Dios se mantengan débiles e inmaduros.
Su estrategia: que los cristianos enfrenten tentaciones abrumadoras, que caigan reiteradamente en los mismos pecados, que se cansen de pedir fuerzas a Dios y perdón por haber transgredido otra vez su ley.
Sin embargo, así como un niño necesita alimentarse diariamente para crecer, y por su bien es imprescindible que ingresen a su organismo minerales, vitaminas y proteínas, el cristiano necesita alimentarse de "toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mat. 4:4) para obtener el crecimiento espiritual.
Además de alimento, las Escrituras se revelan como la "armadura de Dios". Sirven de protección, coraza y refugio "contra las asechanzas del diablo". Es notable que en las tres oportunidades que Satanás tentó a Jesús, las tres tentaciones fueran rechazadas con un "escrito está". No fue una cábala, no fue casualidad ni suerte, simplemente Jesús utilizó su Palabra como una armadura para que los ataques del enemigo resultaran infructuosos.
El enemigo intentará atacarte a través de la televisión, procurando sembrar en tu corazón ejemplos de vida pecaminosos. Utilizará la conversación con tus amigos, para que Dios no esté presente en sus comentarios, chistes y planes futuros. Pondrá a tu alcance dinero mal habido, para que corrompas tu integridad y tu conciencia. Quizás utilice a una persona atractiva del sexo opuesto para llevarte lejos de la iglesia y de Jesús. Hasta podrá utilizar a tus familiares más queridos para que te propongan caminos por los que un hijo de Dios no debe transitar.
Sí, el enemigo de Dios puede utilizar mil recursos diferentes para llevarte al pecado, pero el Señor deja a tu disposición su Palabra, para que como "armadura" de tu vida espiritual, esos ataques no te puedan dañar.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
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