Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Mateo 24:4.
Durante 1985, el mundo se preparó para ver un suceso que ocurre cada 78 años: la aparición del cometa Halley. Astrónomos de todo el planeta hicieron grandes preparativos para observar y estudiar un suceso que no volvería a repetirse mientras vivieran, pero esta aparición estelar fue utilizada por cientos de fanáticos religiosos y catastrofistas para anunciar que se trataba "del fin del mundo". Durante varias semanas, en marzo de 1986, millones de personas (incluyéndome a mí) pudieron contemplar la aparición de este fenómeno; sin embargo el cometa siguió su curso por el espacio y el mundo no llegó a su fin.
En las postrimerías del siglo XX, los medios de comunicación se prestaron para que sociólogos, astrólogos, hechiceros, religiosos y una cantidad de personas hicieran sus vaticinios funestos y catastróficos sobre lo que creían era "el fin del mundo". Había cierto temor de que cuando el almanaque cambiara de 1999 a 2000, se terminaría la civilización, tal como la conocemos hoy. Muchas personas en diversos países del mundo creyeron estos trágicos anuncios, y hubo gente que se suicidó para no presenciar "el fin del mundo".
El 5 de mayo de 2005 también debió haber sido un día de catástrofes mundiales. Así lo pronosticaron Rasputín, Edgar Cayce y Solari Parravicini, ya que la tierra, que ocupa el tercer sitio entre los nueve, se alinearía con el resto de los planetas en línea recta. Los cometas impactarían el mundo, habría una ruptura de las placas tectónicas, algunas islas desaparecerían y cataclismos universales eran algunos de los terribles presagios.
El enemigo de Dios, para apartar la vista del hombre del verdadero "fin del mundo", ha hecho aparecer una cantidad de falsos profetas y alarmistas que engañan y tornan descreídas a las personas sinceras. Si bien la Biblia habla del fin del mundo de pecado, lo atribuye a la intervención divina y no a la aparición de un cometa, ni a los números "ceros" del calendario o a los terremotos, inundaciones y erupciones volcánicas.
Jesús, el Rey de reyes y Señor del mundo, será quien, a su advenimiento, ponga fin a más de 6.000 años de pecado en un planeta en rebelión contra la ley de Dios. Jesús, quien venció a Satanás en la cruz, volverá al mundo como lo prometió, para finalizar su obra: terminar de una vez con el causante del pecado y con los pecadores. Jesús, el Hijo de Dios, será quien realice "el fin del mundo". Hasta que eso ocurra, "mirad que nadie os engañe".
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
Durante 1985, el mundo se preparó para ver un suceso que ocurre cada 78 años: la aparición del cometa Halley. Astrónomos de todo el planeta hicieron grandes preparativos para observar y estudiar un suceso que no volvería a repetirse mientras vivieran, pero esta aparición estelar fue utilizada por cientos de fanáticos religiosos y catastrofistas para anunciar que se trataba "del fin del mundo". Durante varias semanas, en marzo de 1986, millones de personas (incluyéndome a mí) pudieron contemplar la aparición de este fenómeno; sin embargo el cometa siguió su curso por el espacio y el mundo no llegó a su fin.
En las postrimerías del siglo XX, los medios de comunicación se prestaron para que sociólogos, astrólogos, hechiceros, religiosos y una cantidad de personas hicieran sus vaticinios funestos y catastróficos sobre lo que creían era "el fin del mundo". Había cierto temor de que cuando el almanaque cambiara de 1999 a 2000, se terminaría la civilización, tal como la conocemos hoy. Muchas personas en diversos países del mundo creyeron estos trágicos anuncios, y hubo gente que se suicidó para no presenciar "el fin del mundo".
El 5 de mayo de 2005 también debió haber sido un día de catástrofes mundiales. Así lo pronosticaron Rasputín, Edgar Cayce y Solari Parravicini, ya que la tierra, que ocupa el tercer sitio entre los nueve, se alinearía con el resto de los planetas en línea recta. Los cometas impactarían el mundo, habría una ruptura de las placas tectónicas, algunas islas desaparecerían y cataclismos universales eran algunos de los terribles presagios.
El enemigo de Dios, para apartar la vista del hombre del verdadero "fin del mundo", ha hecho aparecer una cantidad de falsos profetas y alarmistas que engañan y tornan descreídas a las personas sinceras. Si bien la Biblia habla del fin del mundo de pecado, lo atribuye a la intervención divina y no a la aparición de un cometa, ni a los números "ceros" del calendario o a los terremotos, inundaciones y erupciones volcánicas.
Jesús, el Rey de reyes y Señor del mundo, será quien, a su advenimiento, ponga fin a más de 6.000 años de pecado en un planeta en rebelión contra la ley de Dios. Jesús, quien venció a Satanás en la cruz, volverá al mundo como lo prometió, para finalizar su obra: terminar de una vez con el causante del pecado y con los pecadores. Jesús, el Hijo de Dios, será quien realice "el fin del mundo". Hasta que eso ocurra, "mirad que nadie os engañe".
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
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