No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Apocalipsis 7:3.
Faltaban pocos días para la Navidad y ese domingo decidí visitar a dos prisioneros. Al llegar, advertí que la guardia no hacía lo acostumbrado de cada domingo sino que se advertía un despliegue excesivo de seguridad. Luego de entregar mi documento de identidad y la llave del auto, me llevaron a un cuarto, revisaron mi ropa y luego pusieron en mi brazo un sello invisible. Le pregunté al guarda de turno el porqué de tanto movimiento, a lo que me respondió: "Para la época de fiestas, hay que tomar precauciones extras, porque en otros años ha habido fuga de presos entre los familiares y amigos. A la salida, todos las visitas tendrán que mostrar su sello, y quien no lo tenga, deberá permanecer encerrado porque trataba de escapar". Al finalizar la visita, hombres y mujeres hacían fila para que una luz ultravioleta hiciera resaltar el sello y así pudieran salir de la cárcel.
La Biblia anuncia que Dios también hará una separación entre los habitantes del mundo, y quienes no tengan su sello se perderán. Por eso es importante determinar qué es el sello de Dios.
Un sello es la señal de autoridad de alguien. El sello debe tener el nombre, el cargo y la jurisdicción de quien representa. El rector de una universidad tendrá en su sello su propio nombre, su cargo: "Rector", y para señalar su jurisdicción dirá "Universidad Nacional de...". El sello del presidente de tu país contiene su nombre, el cargo: "Presidente de la Nación" y el lugar de autoridad: el nombre de tu país.
De la misma manera, la Biblia presenta el sello de Dios incorporado en uno de los mandamientos. Ese mandamiento debe decir su nombre: Jehová Dios; su cargo: Creador; su jurisdicción: el cielo y la tierra. Si el cuarto mandamiento no estuviera dentro del Decálogo, cualquier persona podría pretender ser el autor de la ley, pero este mandamiento descalifica a cualquier ser creado y señala al verdadero autor de la ley: Jehová Dios. Este es el único mandamiento que contiene el nombre, el cargo y el lugar donde se ejerce la autoridad.
"El sello del Dios viviente se coloca sobre aquellos que con plena conciencia guardan el día de reposo de Jehová... De los Diez Mandamientos, solo el cuarto contiene el sello del gran Legislador, el Creador de los cielos y la tierra" (Elena G. de White, Eventos de los últimos días, p. 224).
Prepárate para recibir el sello de Dios en tu frente.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
Faltaban pocos días para la Navidad y ese domingo decidí visitar a dos prisioneros. Al llegar, advertí que la guardia no hacía lo acostumbrado de cada domingo sino que se advertía un despliegue excesivo de seguridad. Luego de entregar mi documento de identidad y la llave del auto, me llevaron a un cuarto, revisaron mi ropa y luego pusieron en mi brazo un sello invisible. Le pregunté al guarda de turno el porqué de tanto movimiento, a lo que me respondió: "Para la época de fiestas, hay que tomar precauciones extras, porque en otros años ha habido fuga de presos entre los familiares y amigos. A la salida, todos las visitas tendrán que mostrar su sello, y quien no lo tenga, deberá permanecer encerrado porque trataba de escapar". Al finalizar la visita, hombres y mujeres hacían fila para que una luz ultravioleta hiciera resaltar el sello y así pudieran salir de la cárcel.
La Biblia anuncia que Dios también hará una separación entre los habitantes del mundo, y quienes no tengan su sello se perderán. Por eso es importante determinar qué es el sello de Dios.
Un sello es la señal de autoridad de alguien. El sello debe tener el nombre, el cargo y la jurisdicción de quien representa. El rector de una universidad tendrá en su sello su propio nombre, su cargo: "Rector", y para señalar su jurisdicción dirá "Universidad Nacional de...". El sello del presidente de tu país contiene su nombre, el cargo: "Presidente de la Nación" y el lugar de autoridad: el nombre de tu país.
De la misma manera, la Biblia presenta el sello de Dios incorporado en uno de los mandamientos. Ese mandamiento debe decir su nombre: Jehová Dios; su cargo: Creador; su jurisdicción: el cielo y la tierra. Si el cuarto mandamiento no estuviera dentro del Decálogo, cualquier persona podría pretender ser el autor de la ley, pero este mandamiento descalifica a cualquier ser creado y señala al verdadero autor de la ley: Jehová Dios. Este es el único mandamiento que contiene el nombre, el cargo y el lugar donde se ejerce la autoridad.
"El sello del Dios viviente se coloca sobre aquellos que con plena conciencia guardan el día de reposo de Jehová... De los Diez Mandamientos, solo el cuarto contiene el sello del gran Legislador, el Creador de los cielos y la tierra" (Elena G. de White, Eventos de los últimos días, p. 224).
Prepárate para recibir el sello de Dios en tu frente.
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