Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Hebreos 11:13.
En estos tiempos no es fácil encontrar personas comprometidas con Cristo. Es más fácil encontrar personas que se comportan de acuerdo con la situación, en vez de vivir conforme a sus convicciones religiosas. Es decir, si están en una iglesia, actuarán como cristianos; si están en una cancha de fútbol, gritarán como verdaderos fanáticos; si una persona del sexo opuesto les hace una propuesta indecente, accederán para aprovechar la situación; si es posible obtener dinero sin trabajar y sin ser descubiertos, cuidarán los detalles para que todo parezca legal. Así se comporta hoy mucha gente, y así lo reportan las noticias que escuchamos a diario.
Pero más allá de cómo se comporte el resto del mundo, esta reflexión procura que tú, como cristiano, te identifiques con Cristo y su reino, sin importar la situación que te toque vivir.
En el capítulo 11 de Hebreos se nos muestra una galería de hombres de fe quienes, cuando Cristo vuelva, oirán su voz y resucitarán para vivir por la eternidad. Esos hombres y mujeres de la Biblia tuvieron las mismas tentaciones que nosotros para abandonar a Dios y vivir con una identidad terrenal; sin embargo "conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra". Ellos se consideraron extranjeros y peregrinos en este mundo sencillamente porque estaban identificados con el cielo y su reino.
Tu manera de hablar, tu forma de vestir, la música que escuchas, la comida que consumes, los programas de televisión que miras, las películas que te atrapan y los temas sobre los que te gusta charlar, ¿podrán continuar después de que Jesús regrese? ¿O sientes que la vida con Cristo será aburrida porque te faltará alguna de estas cosas?
Solo el Espíritu Santo puede cambiar nuestros gustos, nuestra manera de hablar y vivir, y darnos una verdadera identidad cristiana. Solo aquellos que nazcan de nuevo heredarán el reino de los cielos (Juan 3:5). Hoy el Espíritu de Dios desea forjar en ti un verdadero ciudadano celestial. Acepta el ofrecimiento que te hace Jesús e identifícate con él cada día.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
En estos tiempos no es fácil encontrar personas comprometidas con Cristo. Es más fácil encontrar personas que se comportan de acuerdo con la situación, en vez de vivir conforme a sus convicciones religiosas. Es decir, si están en una iglesia, actuarán como cristianos; si están en una cancha de fútbol, gritarán como verdaderos fanáticos; si una persona del sexo opuesto les hace una propuesta indecente, accederán para aprovechar la situación; si es posible obtener dinero sin trabajar y sin ser descubiertos, cuidarán los detalles para que todo parezca legal. Así se comporta hoy mucha gente, y así lo reportan las noticias que escuchamos a diario.
Pero más allá de cómo se comporte el resto del mundo, esta reflexión procura que tú, como cristiano, te identifiques con Cristo y su reino, sin importar la situación que te toque vivir.
En el capítulo 11 de Hebreos se nos muestra una galería de hombres de fe quienes, cuando Cristo vuelva, oirán su voz y resucitarán para vivir por la eternidad. Esos hombres y mujeres de la Biblia tuvieron las mismas tentaciones que nosotros para abandonar a Dios y vivir con una identidad terrenal; sin embargo "conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra". Ellos se consideraron extranjeros y peregrinos en este mundo sencillamente porque estaban identificados con el cielo y su reino.
Tu manera de hablar, tu forma de vestir, la música que escuchas, la comida que consumes, los programas de televisión que miras, las películas que te atrapan y los temas sobre los que te gusta charlar, ¿podrán continuar después de que Jesús regrese? ¿O sientes que la vida con Cristo será aburrida porque te faltará alguna de estas cosas?
Solo el Espíritu Santo puede cambiar nuestros gustos, nuestra manera de hablar y vivir, y darnos una verdadera identidad cristiana. Solo aquellos que nazcan de nuevo heredarán el reino de los cielos (Juan 3:5). Hoy el Espíritu de Dios desea forjar en ti un verdadero ciudadano celestial. Acepta el ofrecimiento que te hace Jesús e identifícate con él cada día.
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