Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. Hebreos 9:28.
Cuando Adán y Eva pecaron, no lograron comprender la magnitud de su transgresión. La advertencia dada por Dios era que al comer del árbol de la ciencia del bien y del mal ellos morirían, pero había mucho más que lamentar en el nuevo orden mundial gobernado por Satanás.
Durante miles de años, el hombre ha sido víctima de sus líderes terrenales. Guerras de toda clase y por cualquier motivo han ensangrentado el mundo a lo largo de la historia. Hombres que jamás hubieran alzado su mano contra otro, de pronto se encuentran segando las vidas de sus semejantes.
La sociedad, que debería amparar a sus miembros más empobrecidos, sobre todo en las grandes ciudades, se ha vuelto peligrosa. Todo tipo de forajidos, ladrones y asesinos andan sueltos por doquier, atropellando a los inocentes. El hogar, creado por Dios para deleite y felicidad de sus integrantes, se ha convertido en escenario de reproches, insultos, peleas y toda clase de agresión física y verbal. Niños y adolescentes que podrían haber encontrado refugio seguro dentro de sus familias, prefieren huir de ellas para obtener algo de paz y sentido de pertenencia.
A causa de los estragos del pecado, se hizo necesaria la creación de centros para recuperar la salud, pues son tantas las enfermedades que aquejan a la raza humana, que las mismas llenarían libros solo si se las nombrara. Enfermedades infecciosas, degenerativas, pestilentes y mortales han oprimido a los habitantes del mundo durante miles de años.
La segunda venida de Cristo será "sin relación con el pecado" para instalar un nuevo orden mundial. En ese nuevo orden no habrá guerras ni ninguna clase de enfrentamientos entre las criaturas de Dios. Se podrá caminar por cualquier lugar sin peligro de ser asaltado o asesinado, porque habrá seguridad. Las llaves, cerrojos y alarmas dejarán de usarse, pues nadie intentará tomar lo ajeno. El hogar volverá a su designio original: un lugar de paz y amor para cada uno de sus integrantes. Los habitantes de la Canaán celestial gozarán de plena salud, y vivirán por la eternidad con vigor juvenil.
Cristo "aparecerá por segunda vez... para salvar a los que le esperan". Volverá para embellecer tu vida y para darte bendiciones que no imaginas, si tan solo te alistas para recibirlo.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel
Cuando Adán y Eva pecaron, no lograron comprender la magnitud de su transgresión. La advertencia dada por Dios era que al comer del árbol de la ciencia del bien y del mal ellos morirían, pero había mucho más que lamentar en el nuevo orden mundial gobernado por Satanás.
Durante miles de años, el hombre ha sido víctima de sus líderes terrenales. Guerras de toda clase y por cualquier motivo han ensangrentado el mundo a lo largo de la historia. Hombres que jamás hubieran alzado su mano contra otro, de pronto se encuentran segando las vidas de sus semejantes.
La sociedad, que debería amparar a sus miembros más empobrecidos, sobre todo en las grandes ciudades, se ha vuelto peligrosa. Todo tipo de forajidos, ladrones y asesinos andan sueltos por doquier, atropellando a los inocentes. El hogar, creado por Dios para deleite y felicidad de sus integrantes, se ha convertido en escenario de reproches, insultos, peleas y toda clase de agresión física y verbal. Niños y adolescentes que podrían haber encontrado refugio seguro dentro de sus familias, prefieren huir de ellas para obtener algo de paz y sentido de pertenencia.
A causa de los estragos del pecado, se hizo necesaria la creación de centros para recuperar la salud, pues son tantas las enfermedades que aquejan a la raza humana, que las mismas llenarían libros solo si se las nombrara. Enfermedades infecciosas, degenerativas, pestilentes y mortales han oprimido a los habitantes del mundo durante miles de años.
La segunda venida de Cristo será "sin relación con el pecado" para instalar un nuevo orden mundial. En ese nuevo orden no habrá guerras ni ninguna clase de enfrentamientos entre las criaturas de Dios. Se podrá caminar por cualquier lugar sin peligro de ser asaltado o asesinado, porque habrá seguridad. Las llaves, cerrojos y alarmas dejarán de usarse, pues nadie intentará tomar lo ajeno. El hogar volverá a su designio original: un lugar de paz y amor para cada uno de sus integrantes. Los habitantes de la Canaán celestial gozarán de plena salud, y vivirán por la eternidad con vigor juvenil.
Cristo "aparecerá por segunda vez... para salvar a los que le esperan". Volverá para embellecer tu vida y para darte bendiciones que no imaginas, si tan solo te alistas para recibirlo.
Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
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Por David Brizuel
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