Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. (Rut 1:16).
El abnegado amor de Noemí por sus nueras; su vida repleta de ejemplos de fe, piedad, humildad y bondad, contribuyeron a que Rut deseara marchar con ella en vez de permanecer con su familia en Moab. Noemí instó a Orfa y a Rut a que se quedaran en su tierra, mientras que ella hacía planes de regresar a Belén, su pueblo natal. Pero Rut decidió romper todos sus vínculos familiares con el fin de acompañar a Noemí. La expresión «yo siento una gran pena por vosotras» es una muestra del bondadoso carácter de Noemí. Probablemente Rut se sintió aún más apegada a su suegra al escuchar aquellas palabras que denotaban una gran preocupación por los demás.
Aunque Noemí se sentía profundamente dolorida, aquella vivencia no había afectado negativamente su actitud ante la vida. Por otro lado, el único conocimiento que Rut tenía del Dios verdadero era el que había visto reflejado en Noemí. Con una última mirada a los fértiles campos de Moab, Rut dijo: «No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque a dondequiera que tú vayas, iré yo, y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios». Fue así como Rut se unió con el pueblo de Israel y se convirtió no solo en adoradora del Dios verdadero, sino en parte de su historia vital.
Noemí consideraba su deber ayudar a su nuera, que con tanta lealtad y fidelidad la habla seguido, a encontrar un hogar. Por eso le explicó que podían pedirle a Booz que cumpliera con las costumbres relacionadas con los parientes más cercanos.
La lealtad de Rut la llevó a ser una de las progenitoras de David y del Mesías. Dios la llamó a ser una mujer fiel y leal, gracias al poder transformador del amor divino reflejado en la vida de su suegra. Noemí fue el mejor argumentó en favor de la verdad que Dios pudo presentarte
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Coraduma Escobar de Villarreal
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