«Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre» Mateo 24:37.
Que una de las parábolas de Cristo sobre las condiciones en que se encontrará el mundo en los últimos días se desarrolle en el contexto de una boda es un detalle interesante. En la creación quedaron establecidas dos instituciones; una es, por supuesto, el sábado y la otra, la familia. Jesús obró su primer milagro en las bodas de Cana de Galilea. Días atrás hablamos de ese milagro.
En Mateo 24 y 25 Jesús explicó a sus discípulos algunos de los acontecimientos y condiciones que precederían a su venida. De todo ello se desprende el abrumador mensaje de que tenemos que estar alerta y preparados.
Siempre me pregunté por qué Jesús utilizó el ejemplo de diez vírgenes —nosotros quizá las llamaríamos «damas de honor»— que esperaban al novio. En la cultura occidental, las damas de honor no esperan al novio, sino a la novia.
Durante más de diez años, Betty y yo ejercimos el ministerio en el sur de Asia. Allí nos enteramos de que en aquella región, el novio, y no la novia, es el protagonista de la boda. Por supuesto, la novia también se engalana. No es extraño que el sari de la boda esté bordado con oro y plata. Pero la verdadera estrella del acontecimiento es el novio.
A menudo, todo el pueblo acude a la boda y la fiesta puede durar varios días. Recordamos las luces de colores en el shamiana, la tienda donde se llevan a cabo las fiestas. Es especialmente interesante la costumbre de que los padres decidan con quién se casarán sus hijos. Es un matrimonio convenido. Aunque a veces se hace un mal uso de esa costumbre, no deja de ser cierto que un matrimonio no es solo la unión de dos personas, sino de dos familias.
Jesús usó el matrimonio entre un hombre y una mujer para representar nuestra relación con él. La tasa de divorcios en algunos países occidentales es casi del 50%. Pero que la cifra de los que están rompiendo su pacto con Jesús sea mayor es todavía peor.
Esta parábola es importante porque enseña que incluso aquellos que han el esperado la segunda venida también se cansan de esperar. Cuando hablo de las diez vírgenes suelo preguntar cuántas de ellas se durmieron. Algunos dicen que cinco. Pero la verdad es que todas se durmieron. Durante los próximos días veremos la importancia de mantenerse despierto. Basado en Mateo 25:1-13
Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill
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