¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Lo has hecho poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra. Salmo 8:4-5, RV95
Uno de los espectáculos que más disfruto de la naturaleza es observar el cielo estrellado, de noche, sentado a la orilla de la playa. Es probable que el Salmista se haya estado refiriendo a uno de estos espectáculos de la naturaleza cuando escribió: «El cielo proclama la gloria de Dios; de su creación nos habla la bóveda celeste» (Sal. 19:1). Es muy difícil no ver la mano de Dios en la majestuosidad de su creación.
¿Y qué decir de la maravilla que somos los seres humanos? Tampoco en este sentido el Salmista pudo ocultar su asombro: «Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: "¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?" Lo has hecho poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra» (Sal. 8:3-5).
Doy gracias a Dios por estas palabras. Me dicen que tú y yo somos seres dignos; que somos hijos del Rey del universo y que hemos sido coronados «de gloria y de honra». ¡Qué inmenso valor nos da Dios! No somos un accidente en el proceso evolutivo. No somos solo carne y huesos. ¡Somos hijos del Creador de los cielos y de la tierra, con una jerarquía apenas un poco menor que la de los ángeles!
Ahora bien, si nuestro linaje es real, ¿no crees que deberíamos estar a la altura de nuestra posición, como titulares de una herencia incorruptible e indestructible (ver 1 Ped. 1:4)? ¿No deberíamos vivir como miembros de la nobleza?
No consientas cuando seas tentado a dañar tu cuerpo o tu mente con sustancias que lo debiliten o lo enfermen. No consientas cuando seas tentado a hacer «lo que hace todo el mundo». No consientas cuando se te quiera hacer creer que la vida es una sola y que, por esa razón, es mejor que «comamos y bebamos porque mañana moriremos».
Somos hijos de un Rey. Nuestro origen es noble. Hemos sido coronados de gloria y honra. ¡Vivamos de acuerdo a nuestra dignidad real!
Gracias, Rey del universo, por coronarme de gloria y honra. ¡Ayúdame a vivir hoy de acuerdo a mi linaje real!
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala
muchas gracias esto es de gran ayuda para nosotros Dios le continue bendiciendo...
ResponderEliminarMuchas Gracias! es de gran bendición para muchos, que pueden recibir la matutina gracias a está pag. Dtb.
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