lunes, 27 de agosto de 2012

LO QUE SE PERDIÓ ES ENCONTRADO


«Jehová está en medio de ti; ¡él es poderoso y te salvará! Se gozará por ti con alegría, callará de amor, se regocijará por ti con cánticos» (Sofonías3:17).

¿Le gusta echar a volar la imaginación? ¿Puede hacer que a su mente acudan imágenes de cosas? A algunas personas les resulta más fácil que a otras. Son capaces de recordar los detalles de acontecimientos que sucedieron mucho tiempo atrás porque parece como si, mentalmente, tomaran una instantánea que les queda grabada en la memoria. Son capaces de recordar olores, colores, conversaciones y sonidos del pasado como si se hubieran producido ayer mismo.
Si puede, trate de imaginar lo sucedido en la historia del Buen Pastor. Es una de las imágenes bíblicas más alegres, emotivas y conmovedoras
El pastor sale de noche en busca de la oveja. La llama una y otra vez hasta que queda ronco de tanto llamar. Está tan oscuro que apenas si ve algo unos pasos adelante. Luego, suspirando de alivio, oye un débil gemido en la distancia. Siguiendo el sonido, y arriesgando la propia vida, trepa hasta el borde mismo del precipicio. Mientras busca aquí y allá, se da cuenta de que el gemido es cada vez más débil. La oveja está a punto de morir. Pero al final su esfuerzo se ve recompensado: encuentra a la extraviada.
¿Se imagina la alegría y el alivio que siente el pastor cuando encuentra a su oveja perdida? Ríe y llora a la vez. Con cuidado, examina a la oveja para ver si tiene algún rasguño o un hueso roto. ¿Piensa que regaña a la oveja o la castiga golpeándola con la vara por haberse alejado? No, al contrario; con alegría, la toma en brazos. Seca el pelaje lanoso con el manto mientras le habla como quien habla a un bebé. Se lleva la oveja a los hombros y, cantando, la trae de regreso al redil. Entonces el pastor llama a sus amigos y vecinos, diciendo: «Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido» (Luc. 15:6).
Quiero recordar siempre esta imagen de Jesús, el Buen Pastor, porque todos hemos sido como esa oveja: estuvimos perdidos, nos encontró y nos llevó en hombros. Basado en Lucas 15:4-7

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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