El que se desvía, ¿no vuelve al camino? (Jeremías 8:4).
Cuando mi esposo y yo nos mudamos a la ciudad de Miami, una de las primeras cosas que hicimos fue acudir a la oficina donde expiden las licencias de conducir. Mi esposo aprobó de inmediato el examen, por lo que me animó a que yo hiciera lo mismo. Lamentablemente no aprobé la parte del examen relacionada con la señalización vial. Al día siguiente fui a buscar el folleto donde se explica el significado de las señales, lo estudié y poco después me resultó todo más fácil, como era de esperar.
Nuestra vida está rodeada de circunstancias que requieren tomar decisiones; afortunadamente Dios ha prometido: enseñarnos el camino. El Salmo 25:4 es un ejemplo de lo que debemos pedir al Señor, pues nos dice: «Muéstrame, Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas». Dios sabía que el camino del cristiano iba a ser largo y dificultoso, y por eso nos dejó las señales que debemos seguir.
Kenneth Mathews, en su libro Amós: arrepentimiento o ruina, nos indica cómo llegamos a ser cristianos si seguimos las señales del camino:
- Una vía. Usted se pregunta: «¿Cómo puedo ser salvo?». Solo existe una vía: a través de la fe en Jesucristo. La Biblia dice: «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo» (Rom. 10:9).
- Ceda el paso. La Biblia nos dice que debemos permitir que Jesús dirija nuestra vida. Si permites que guíe todos tus pasos, él te acompañará en tus caminos.
- Pare. ¿Quiénes deben detenerse? Todos deben hacerlo y reconocer que son pecadores. No hay excepciones: «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Rom. 3:23). Por mucho que intentemos ser buenos, jamás cumpliremos todo lo que Dios demanda de nosotros.
- La vía termina. El camino del pecado y de la desobediencia no conduce a parte alguna. «La paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro» (Rom. 6:23).
Si hoy tienes decisiones importantes que tomar o necesitas un derrotero para el futuro, dedica tiempo para detenerte y preguntar: «¿Cuál es el camino? ¿Cuál es la senda?». El Señor le la mostrará!
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Edilma E. Balboa
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