jueves, 13 de diciembre de 2012

LA NIÑA DE SUS OJOS


Que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. (1 Tesalonicenses 4:6).

Necesitaba tomar un curso para rendir un examen oficial del estado de Texas. Sin embargo, las clases se ofrecían los sábados. Fui con mi esposo a hablar con la persona encargada del curso con el fin de explicarle la razón por la que no podría asistir los sábados. Pensamos que no habría problemas, ya que en Estados Unidos la libertad de conciencia es respetada.
Cuando llegamos, la encargada nos trató muy bien hasta que supo el motivo de nuestra visita. Luego comenzó a decirme que yo jamás sería capaz de pasar ese examen si no asistía a las clases y que había observado a adventistas asistir a clases los sábados. Concluyó diciendo que en vista de todo lo anterior rechazaba mi petición.
Mi esposo y yo nos sentimos muy incómodos, ya que sabíamos que ella estaba infringiendo la ley Decidimos ir a nuestro auto a orar. Al terminar la oración, nos llamó la atención el letrero de una oficina del gobierno encargada de prevenir la discriminación laboral. Cuando entramos una señora nos informó de que la oficina ya estaba cerrada, pero ya que estábamos allí nos atendería. Le contamos lo que nos acababa de pasar. Ella dijo que podría iniciar una demanda judicial contra la encargada del curso. Yo le dije que lo único que deseaba era que me entregaran el material que discutirían los sábados, con el fin de estudiarlo por mi cuenta. Finalmente, la señora decidió enviar una carta a la jefa del departamento que ofrecería el curso los sábados, recordándole las leyes del país y que era mi derecho ser excusada por mis creencias, además de que era su deber entregarme el material para el examen. Gracias a Dios aprobé aquel examen. ¡Dios no nos falla!
¿Te han hecho la vida imposible o tratado descortésmente? El enemigo intentará herirte a través de personas que no temen a Dios, pero esfuérzate, porque para Dios somos la niña de sus ojos.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Flor Valoy de Catón

No hay comentarios:

Publicar un comentario