«El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto» (Lucas 16:10).
Un hombre rico pidió a sus hijos que construyeran una casa en el campo con un gallinero. El padre dijo a los jóvenes que quería que siguieran sus instrucciones al pie de la letra y que no hicieran excepciones. Les dijo que, si seguían sus instrucciones, les regalaría la propiedad. Luego se fue de viaje.
Los jóvenes pusieron manos a la obra. Buscaron un arquitecto, establecieron las condiciones y, pronto, el proyecto de construcción marchaba viento en popa. Todo iba a pedir de boca y apenas había problemas. Por último, la casa estaba casi terminada y empezaron a construir el gallinero.
Sin embargo, aquel gallinero era un problema. Su construcción no presentaba dificultad alguna pero... ¿dónde lo ponían? El padre había dejado dicho que lo quería en un lugar preciso, pero cuando los jóvenes discutieron la ubicación, pensaron que el lugar escogido no era el más adecuado porque estaba a pleno sol, sobre todo cuando el sol está en su cenit. De modo que acordaron su construcción en otro lugar. Poco después de que el proyecto se terminara, el padre volvió a casa. Estaba ansioso por ver la finca y los jóvenes por mostrársela.
Después de inspeccionar la mansión, vieron que los miraba con expresión interrogante. Finalmente, dijo:
—Muchachos, ¿dónde está el gallinero? Se suponía que iba a estar allí...
—Ah, no te preocupes, papá —dijo uno de ellos—. Está al otro lado de ese bosquecillo.
El padre respondió:
—Pero yo les dije que lo quería aquí. Cuando me fui les pedí que siguieran mis instrucciones al pie de la letra. No hicieron lo que les pedí.
—Pero, padre, nosotros hemos obedecido. Hicimos todo lo que nos dijiste que hiciéramos... excepto el gallinero, claro.
—No —dijo el padre—, no hicieron lo que les pedí. Hicieron lo que quisieron. Solo me obedecieron en lo que estaban de acuerdo conmigo; pero cuando no creyeron que yo tenía razón, hicieron lo que les apeteció.
Jesús dijo; «Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando» (Juan 15:14). Basado en Juan 15:14.
Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill
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