miércoles, 30 de enero de 2013

NUNCA TE CANSES DE INSISTIR

Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas! (Proverbios 23:23).

En su libro Cómo sacar el mayor provecho del estudio de la Biblia, Leo Van Dolson cuenta la historia de un hombre llamado Doc Noss, que hace muchos años encontró unos lingotes de oro valorados en muchos millones de dólares (al menos eso fue lo que dijo). Doc, que en parte era cheyenne, era muy hábil. Contaba a quien quería escuchar que había hallado el oro en el fondo de una caverna en la cuenca de Umbrillo, Nuevo México. Dijo que junto con el oro había visto veintisiete esqueletos humanos atados a igual cantidad de postes.
Pero les tiempos habían cambiado. La sección de la cuenca de Umbrillo era ahora propiedad del ejército de los Estados Unidos. Los rumores sobre el oro continuaban, pero el ejército consideraba que la historia no era cierta y no permitía la entrada de los buscadores. Finalmente un grupo de Florida, conocido como Expedición sin Límites, consiguió una autorización para la búsqueda. No solamente buscaban el oro, sino que habían invertido 75,000 dólares en el proyecto. Norman Scott convenció al ejército de que suspendiera sus actividades durante diez días para realizar una búsqueda completa y bien organizada.
Pero la tentación del oro atrae a ciertos individuos. Joe Newman, vendedor de alfombras de El Paso, Texas, presentó una reclamación, argumentando que el oro pertenecía a los apaches, y llegó a un acuerdo con la tribu de que recibiría cierta cantidad por representar sus intereses. Jesse James III, nieto del famoso bandido, afirmó que su abuelo había enterrado su botín en la cuenca de Umbrillo. Tony Tully, miembro anciano de la expedición, afirmó que él mismo había ayudado a Doc Noss a enterrar los ciento diez lingotes de oro. Y por insistencia de la viuda de Doc, el equipo buscó durante otros tres días que el paciente ejército les dio para buscar el tesoro; sin hallarlo, por supuesto. Regresaron decepcionados, pero hay quienes afirman que el oro sigue enterrado allí.
Elena G. de White nos dice: «Para muchos, los tesoros de la Palabra permanecen ocultos debido a que no los han buscado con ardiente perseverancia hasta haber comprendido los preceptos de oro. La Palabra ha de ser escudriñada para que purifique a los que la reciban y los prepare para ser miembros de la familia real, hijos del Rey del cielo» (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 137).
No te conformes con un estudio superficial de la Biblia. Lee, estudia, profundiza y aplica. Aprovecha la oportunidad que se te presenta para leer la Biblia todos los días.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

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