Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve (Hebreos 11:1).
Ayer te comentaba que el dolor en las extremidades fantasmas es un problema extremadamente complejo. Aunque una persona sea plenamente consciente de que la extremidad amputada ya no existe, puede continuar sintiéndola vívidamente porque el cerebro, contra toda evidencia, se aferra a la convicción de que la extremidad sigue allí. De hecho, muchos pueden mover la extremidad fantasma y sujetar objetos (aunque sea solo en la mente) y sentir dolor si alguien arranca el objeto de la mano fantasma sin previo aviso. Entonces, ¿cómo se puede convencer al cerebro de que esa extremidad fantasma realmente no existe?
El caso de Philip Martínez sugiere posibilidades interesantes. En 1985, a Philip tuvieron que amputarle un brazo debido a un accidente de motocicleta. El problema era que diez años después Philip sentía fuertes dolores en el brazo fantasma porque sentía que se encontraba paralizado en una posición muy incómoda pero no podía hacer nada para moverlo o liberarse del dolor. El famoso neurólogo científico V S. Ramachandran decidió ayudarlo con algo completamente novedoso: una caja de realidad virtual. Esta caja tiene dos compartimentos donde se ponen las dos manos y mediante un mecanismo de espejos se crea la ilusión, o realidad virtual, de que la mano izquierda es realmente la derecha. Ramachandran le pidió a Philip que pusiera la extremidad fantasma en el compartimiento izquierdo y la mano derecha en el otro compartimiento de tal forma que tomara perfectamente la posición del brazo fantasma en la realidad virtual. Después le pidió que empezara a moverlo. Lo que sucedió es realmente increíble. Philip sintió que movía el brazo fantasma y se emocionó tanto que empezó a saltar como un niño. Lo más interesante es que después que Philip utilizó la caja virtual durante tres semanas, el brazo fantasma desapareció. ¡Ramachandran había amputado con éxito el brazo fantasma!
Esta historia ilustra lo que la fe hace por nosotros. Muchas veces Dios nos promete que haremos cosas que nos parecen imposibles. Por ejemplo, nos dice que podremos amar a nuestros enemigos, superar un vicio o hacer cosas a su servicio que parecen superar nuestras capacidades. La fe es como esa caja virtual que le dice a nuestro cerebro que lo que Dios promete ocurrirá. Cuando tú y yo obedecemos por fe, Dios nos capacita para realizarlo.
¿Te gustaría utilizar hoy la caja virtual de la fe en Dios? Inténtalo y la fe actuará poderosamente.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez
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