jueves, 8 de agosto de 2013

LLENO DE OPTIMISMO

Quien halla esposa halla la felicidad, muestras de su favor le ha dado el Señor. Proverbios 18:21

Si tu esposo sale cada día a la calle a ganarse el pan cotidiano y tu permaneces en casa, tienes una tarea muy importante que hacer. La vida fuera de casa es dura y, con el fin de enfrentar adecuadamente el estrés, se necesita una disposición única. Tú debes confeccionar esa armadura especial en casa. Si tu cónyuge sale «gruñendo» y dando un portazo al ir al trabajo, te aseguro que tendrá contratiempos, mal ánimo y muchas probabilidades de tener enfrentamientos con otras personas a lo largo del día.
Por el contrario, si en tu casa se «cocinan» la buena voluntad, la amabilidad y el apoyo, sus habitantes tendrán jornadas de trabajo productivas, disposición de ánimo para llevarse bien con los demás, capacidad para aceptar sugerencias y un profundo sentimiento de satisfacción.
El buen ánimo, así como el malo, se genera en gran medida en el hogar, y el entorno del hogar depende de la poderosa influencia de la madre. Esto lo he comprobado durante mis más de cuarenta años como esposa, y más de treinta como madre.
Debemos esparcir gotas de optimismo y torrentes de alegría en nuestras jornadas hogareñas. Si tú, como ama de casa, te muestras optimista, contagiarás a tu esposo, a tus hijos, hermanos y hermanas, tíos y tías, ¡a todos los que estén cerca de ti! Las mujeres apocadas, deprimidas y enojadizas cubren a su familia con un manto frío y oscuro de pesimismo y de anticipada derrota. Por lo tanto:
• Espera siempre cosas buenas de la vida y de quienes te rodean.
• Elabora nuevos proyectos.
• Ríete con frecuencia.
• Agrega una gota de humor a los momentos difíciles.
• Busca y encuentra el lado bueno de la gente. ¡Seguro que lo tienen!
Por último, recréate en el gran amor de Dios, y disfruta al máximo el privilegio de ser su hija.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

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