«Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas». Josué 1:9
Muchos han comparado la vida con una escalera por la que se debe ascender. Cada uno de sus peldaños representa objetivos a alcanzar y desafíos que enfrentar. Únicamente la persona que llegue a la cumbre podrá saborear la gloria de la autorrealización. Por otro lado, la decisión de llegar es personal.
El ascenso requiere inteligencia, cautela, confianza, perseverancia, paciencia y tenacidad. La tarea de subir peldaño a peldaño podría estar acompañada de cansancio, desánimo y caídas que incluso podrían lastimamos. Me alegra saber que Dios nos hizo para aspirar a lo elevado, a lo bueno, a lo superior, y que a la vez nos capacitó física, mental y espiritualmente para lograrlo. Para eso el Señor únicamente nos pide: «¡Sé fuerte y valiente!» (Jos. 1:6). Dios sustentará tu espíritu de lucha y te dará la victoria.
Querida amiga, ser una mujer de Dios, ser madre y esposa, o una trabajadora asalariada, exige preparación constante; exige capacitación, estudio y especialización. Cada peldaño alcanzado es una invitación a subir al siguiente. El camino de la superación se transita cuando cada día encontramos un motivo para ser felices y para poner todo nuestro empeño en la realización de las tareas cotidianas, sin importar cuán sencillas nos parezcan. Cuando mostremos gratitud por los grandes favores de Dios y también por sus pequeñas bendiciones, el Señor nos bendecirá ricamente.
Amiga, hoy estás de pie frente a la escalera de tu vida. Es la misma escalera que Jacob contempló en su sueño. Por ella suben y bajan ángeles buscando auxiliar a los seres humanos. No tengas temor de ascender y contemplar la cumbre aunque se encuentre arropada por las nubes. Decide y prepárate a vivir este día como el mejor de tu vida. El mejor día para aprender, crecer, Luchar, amar, trabajar, reír, ¡hazlo una realidad! Deposita toda tu confianza en Dios y entrega tu mejor esfuerzo. Recuerda que: «El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano» (Sal. 36: 23-24).
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado
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