Lo mismo si comen, que si beben, háganlo todo para la gloria de Dios. Pablo
“¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo” (1 Cor. 6:19, 20).
La doctora Katia Reinert plantea una pregunta muy pertinente: “¿Es posible que estemos presentando el mensaje de salud de una forma que deshonra a Dios?”’ Parece chocante planteada así, pero resulta necesaria en vista de la controversia que existe en nuestras iglesias por causa de un mensaje que Dios nos ha dado para ayudamos a sacar el máximo partido de nuestro potencial físico, mental, social y espiritual. El problema es que cuando presentamos este mensaje, somos a veces demasiado intransigentes y radicales, por lo que producimos un efecto contrario, que no honra a Dios. Bien sea que nos encontremos del lado que hace daño o del lado que ha sufrido daño, es bueno que busquemos el equilibrio en esta cuestión.
Pablo nos dice que Dios nos ha dado un cuerpo, que es templo del Espíritu Santo; no somos nuestros dueños, por tanto debemos honrar a Dios cuidándolo y usándolo como conviene. Pero añade: “Si por lo que tú comes tu hermano se siente ofendido, tu conducta ya no es de amor. ¡Que tu comida no sea causa de que se pierda aquel por quien Cristo murió! No den, pues, lugar a que se hable mal de ese bien que ustedes tienen. Porque el reino de Dios no es cuestión de comer o beber determinadas cosas, sino de vivir en justicia, paz y alegría por medio del Espíritu Santo” (Rom. 14:15-17).
Volviendo a la pregunta es obvio que podemos hacer más mal que bien si no enfocamos apropiadamente este tema. Por eso, para evitar que la verdad sea deshonrada y que seamos consideradas fanáticas y hacer o recibir daño por causa de este aspecto de la vida cristiana, podemos seguir los consejos que Reinert da en su artículo: 1) No saquemos fuera de contexto citas de Elena de White para nuestras practicas y enseñanzas respecto a la alimentación. Busquemos siempre la evidencia bíblica, la opinión científica y el contexto completo de las citas proféticas. 2) Los demás son más importantes que la comida. El amor es una necesidad básica, pero el vegetarianismo no.
Por lo demás, “que Dios mismo, el Dios de paz, los haga a ustedes perfectamente santos, y les conserve todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes. 5:23). Amén.
* Katia Reinert, “Pitfalls in Sharing the Health Message”, Adventist Review, 12 de Julio de 2012, p. 26.
Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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