El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Génesis 4: 4-5
—Adán y Eva tuvieron una familia muy numerosa. No sabemos cuántos hijos e hijas tuvieron —dijo la mamá para iniciar el culto—. Hoy hablaremos de dos en especial: Caín y Abel.
—Caín fue el primer bebé —comentó sonriente Susana.
—Sí, Caín fue el primer hijo de Adán y Eva, y después nació Abel. Los dos hermanos crecieron juntos, pero eran muy diferentes —comentó la mamá—. Mientras que Abel amaba a Dios, era obediente y se daba cuenta de que su Creador era misericordioso, Caín se rebelaba contra el Señor, y creía que era injusto el castigo que había dado a la humanidad. A los dos hijos se les había enseñado de la misma manera, pero cada quien tomó sus propias decisiones. Un día, cada uno de ellos hizo un altar frente al jardín del Edén, donde tantas veces habían ido con sus padres para que les contaran lo que allí habían vivido. Al realizar el sacrificio, Abel siguió correctamente las instrucciones que Dios había dado: presentó un cordero sin defecto, pues sabía que representaba a Jesús, el Cordero de Dios, y su ofrenda fue aceptada por Dios. Pero la decisión de Caín no fue la correcta: en vez de llevar un cordero como se le había enseñado, llevó frutos de la tierra. No sentía agradecimiento a Dios ni arrepentimiento por su pecado, por eso Dios no pudo aceptar la ofrenda de Caín. Así que los dos hermanos tomaron dos decisiones muy diferentes: Abel escogió la fe y la obediencia; Caín escogió la rebelión y la desobediencia.
—¿Cómo se habrían sentido sus padres al ver que Caín no amaba a Dios? —pregunto Susana.
—Me imaginó que muy triste. ¡Qué importante, hijos, es obedecer la palabra de Dios y confiar en sus promesas! — Concluyó la mamá
¿Sabias que…. Set fue el tercer hijo de Adán y Eva? No se menciona por nombre a ningún otro hijo de ellos.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2020.
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Por: Noemí Gil Gálvez
Lecturas Devocionales para Menores 2020.
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