-Parece que vamos avanzando rápido -dijo el padre esa mañana-, ahora empezaremos a comentar el libro de Deuteronomio que significa «la segunda legislación», porque la primera se encuentra en Éxodo, y aquí se repite en los discursos de despedida que Moisés da al pueblo.
-Qué pena que Moisés ya no pudo seguir siendo el líder de Israel —comentó Mateo.
-Sí, la verdad que sí, pero ya nombraron al nuevo líder, que es Josué -declaró Susana.
-Sí, eso se menciona en el libro de Números. Dios le había dicho a Moisés que antes de morir debía recordarle al pueblo muchas cosas, y eso es lo que se menciona en Deuteronomio. Son discursos que dio para recordarles los tiempos desde su salida de Egipto y cómo había sido Dios con ellos a lo largo de esos cuarenta años. También les repitió los Diez Mandamientos y los invitó a ser obedientes a Dios.
-«Obedecer» es la palabra clave que escucho desde que soy pequeña —comentó Susana.
-Es que Dios desea que lo obedezcamos, pero que lo hagamos por amor, no por miedo -respondió el padre continuando con el relato—. Eso fue lo que le recordó Moisés a la gente: que Dios los amaba y les había dado sus leyes porque sabía lo que era mejor para ellos. Todos los adultos de más de veinte años que habían salido de Egipto habían muerto. Muchos de la nueva generación no habían vivido los milagros que habían escuchado de labios de sus padres. Los únicos adultos eran Caleb y Josué, que entrarían a la tierra prometida por su fidelidad al espiar la tierra. Este libro era muy importante y los padres debían repetírselo a los hijos para que aprendieran lo que Dios quería de ellos.
Tu oración:Querido Dios, gracias por darme tu Palabra para recordarme lo que es mejor para mí.
¿Sabías qué?
Jesús repitió varios textos del libro de Deuteronomio.
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