-El siguiente libro de la Biblia lleva el nombre del sucesor de Moisés -dijo el papá en el culto—, y se cree que él fue quien lo escribió. El libro de Josué narra la entrada del pueblo de Israel a la tierra prometida, la conquista de Canaán y la repartición de la tierra. En todo momento se ve la mano de Dios guiando a su pueblo elegido bajo el liderazgo de Josué. Este libro se considera como una continuación del Pentateuco, pues continúa la historia del pueblo y el cumplimiento de la promesa hecha originalmente a Abraham de que sería padre de multitudes y de que esa tierra sería de ellos.
-¡Cuántos años tuvieron que pasar desde Abraham hasta Josué! -exclamó Susana.
-Por eso dice la Biblia que ellos murieron mirando de lejos la promesa -intervino la madre.
-Es cierto -continuó el papá—, no siempre las promesas se cumplen inmediatamente. Pero en todas las generaciones que vinieron después de Abraham se vio que Dios no había olvidado a su pueblo elegido y que lo llevaría a Canaán, como había prometido a Jacob cuando este descendió a Egipto para estar con su hijo José. Hay algo que distinguía al pueblo de Israel, y es que estaba compuesto por una generación joven; solamente dos personas eran ancianas: Josué y Caleb. Josué se había distinguido en la batalla, así que confiaban en que, con la ayuda de Dios, conquistarían Canaán -concluyó el papá.
Tu oración:Querido Dios, ayúdame a escuchar tu voz y a conquistar nuevas cosas, pero en tu nombre.
¿Sabías qué?
Caleb pidió como heredad la tierra de los gigantes que Dios le había prometido, y a pesar de su edad, la conquistó.
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