Fabio tenía un perro llamado Tim. Ellos jugaban mucho. Cierto día, Fabio se subió a un árbol, se cayó y lo llevaron al hospital. Tim vio cuando se llevaron a Fabio al hospital en una ambulancia. A partir de ese momento, Tim estuvo muy triste, se tendió sobre el suelo y no quiso levantar su cabeza.
Al día siguiente, los padres de Fabio, preocupados por la actitud de la mascota, tuvieron una idea para animar al perro.
Desde el hospital, la mamá de Fabio llamó por el móvil al padre, quien lo puso en el oído de Tim. Al escuchar la voz de Fabio, se levantó, comenzó a mover la cola y a ladrar con suavidad.
¡Se puso muy feliz!
¿Y yo?
No necesitas tener teléfono móvil para hablar con Dios.
Mi oración para hoy
Ayúdame a recurrir siempre a ti, buen Dios.
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