jueves, 28 de mayo de 2009

LA MONA DE REPETICIÓN

Júntate con sabios y obtendrás sabiduría; júntate con necios y te echarás a perder. proverbios 13: 20
Aquel día a Cam y a mí nos habían castigado a quedarnos una hora más en la escuela. Yo había hablado demasiado en clase y Cam se había retrasado en algunas tareas. Mientras Cam trabajaba en matemáticas, yo leía una historia sobre caballos.
Me di cuenta de que en mi pupitre había algunos alfileres. Tomé uno y deslicé la punta entre mis dientes. Luego di un empujoncito a Cam y le brindé una amplia sonrisa.
—Oye, ¿te quedan más? —susurró.
Le devolví un alfiler y regresé a mi libro. Aún no había acabado la página que Cam me interrumpió.
—Pssst, Renee —susurró—. Acabo de tragarme el alfiler.
—Sí, ya... Acaba las matemáticas.
—No, de verdad. Me tragué el alfiler
Cuando vi la cara de Cam supe que no bromeaba. Estaba asustado. Y yo también Llamaron a los padres de Cam. Lo llevaron corriendo al Memorial Hospital. Pero como se necesitaba un equipo especial, los derivaron a otro hospital. Allí los médicos introdujeron una herramienta especial en el cuello de Cam y sacaron el alfiler que se había introducido en los pulmones.
A causa de mi ejemplo, Cam hizo algo que no habría hecho nunca por sí mismo. Por fortuna se recuperó de las heridas.
Cuando la gente te mira, es muy probable que siga tu ejemplo. Esto es especialmente cierto con los niños más pequeños. Pídele a Dios que te ayude a ser un buen ejemplo para que, cuando la gente te observe, puedas ser una inspiración positiva.

Tomado de la matutina El viaje increíble.

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