Lanza tu pan sobre el agua; después de algún tiempo volverás a encontrarlo (Edesíastés 11: 1).
El año 1985, mi querido abuelo, Juan Cortés, pasó al descanso. Fue un caballero de gran nobleza y humildad. Su vida se caracterizó por ser diligente y servicial con sus semejantes, creyentes y no creyentes. Además, fue uno de los pioneros de la obra adventista en Yautepec, Mórelos. El Espíritu Santo lo iluminó para mostrar a muchas personas el gran amor de Dios y su maravilloso plan de salvación. Recuerdo que mi abuelo compartió el mensaje con una familia de la región. Una de las hijas de este matrimonio se fue posteriormente a vivir a Poza Rica, Veracruz, donde llegado el tiempo formó su familia. Ella era una mujer muy entregada en la obra del Señor y llevó el mensaje a mucha gente. Dios le dio seis hijos, quienes abrazaron el evangelio con gran fervor. Uno de esos niños en el futuro llegaría a ser un ministro de Dios. Hace doce años, al graduar, fue llamado a servir como pastor asociado en Cuernavaca, Morelos, ocasión en la que-nos conocimos y decidimos unirnos en el Señor y en su sagrado ministerio. Con gran anhelo deseo encontrarme en la mañana de la resurrección con mi abuelito, y agradecerle a Dios y a él porque conocí a mi amado esposo. Hoy sus obras dirigidas por el Espíritu Santo, producen frutos para la gloria de Dios. Hermana, si piensas que has predicado el evangelio a mucha gente y no ves resultados, no te desanimes, con certeza cumples este noble cometido. Deja que el Espíritu Santo sea quien trabaje y traiga los resultados a su tiempo. ¡Verás grandes sorpresas para la gloria del Señor!
El año 1985, mi querido abuelo, Juan Cortés, pasó al descanso. Fue un caballero de gran nobleza y humildad. Su vida se caracterizó por ser diligente y servicial con sus semejantes, creyentes y no creyentes. Además, fue uno de los pioneros de la obra adventista en Yautepec, Mórelos. El Espíritu Santo lo iluminó para mostrar a muchas personas el gran amor de Dios y su maravilloso plan de salvación. Recuerdo que mi abuelo compartió el mensaje con una familia de la región. Una de las hijas de este matrimonio se fue posteriormente a vivir a Poza Rica, Veracruz, donde llegado el tiempo formó su familia. Ella era una mujer muy entregada en la obra del Señor y llevó el mensaje a mucha gente. Dios le dio seis hijos, quienes abrazaron el evangelio con gran fervor. Uno de esos niños en el futuro llegaría a ser un ministro de Dios. Hace doce años, al graduar, fue llamado a servir como pastor asociado en Cuernavaca, Morelos, ocasión en la que-nos conocimos y decidimos unirnos en el Señor y en su sagrado ministerio. Con gran anhelo deseo encontrarme en la mañana de la resurrección con mi abuelito, y agradecerle a Dios y a él porque conocí a mi amado esposo. Hoy sus obras dirigidas por el Espíritu Santo, producen frutos para la gloria de Dios. Hermana, si piensas que has predicado el evangelio a mucha gente y no ves resultados, no te desanimes, con certeza cumples este noble cometido. Deja que el Espíritu Santo sea quien trabaje y traiga los resultados a su tiempo. ¡Verás grandes sorpresas para la gloria del Señor!
Angélica González de González
Tomado de la matutina Manifestaciones de su amor
Tomado de la matutina Manifestaciones de su amor
No hay comentarios:
Publicar un comentario