Jonatán respondió y dijo a Adonías: «Ciertamente nuestro señor el rey David ha hecho rey a Salomón». 1 Reyes 1:43
¿Estás en sintonía con la voz de Dios? ¿Quiénes son las personas que Dios está usando para preservarte del mal? ¿Tu esposa? ¿Un amigo de confianza? ¿Un pastor? ¿Cómo respondes a sus consejos? Aprovechándose de la vejez del rey David, su hijo Adonías decidió proclamarse rey de la nación. Sin duda, Adonías se sentía el hombre más capacitado para el puesto. Después de todo, él era el siguiente en el derecho de sucesión al trono tras la muerte de su hermano mayor, Amnón. Así que elaboró una lista de invitados especiales para hacer el anuncio de que se proclamaba rey. Invitó a todos sus hombres de confianza y a su hermanos, excepto a Salomón, que era al que David había elegido para sucederlo. Otro de los nombres que faltaba en la lista era el del profeta Natán, el hombre que había sido un oráculo de Dios para el rey David. Fue el profeta que había confrontado a David para concienciarlo del pecado que había cometido con Betsabé y Urías. Cuando se necesitaba un mensaje divino, el hombre que sin falta debía estar presente era el profeta Natán. Pero Natán no estaba en la lista de los invitados de Adonías. Adonías había llegado a un punto en que no quería que nada ni nadie le recordara la voluntad de Dios. Con esa actitud es fácil imaginarnos cómo se desenvolvió la reunión convocada por él. La actitud de Adonías se parece a la de muchos hoy. Cuando deseamos hacer algo que va en contra de la voluntad de Dios, lo último que queremos que se cruce en nuestro camino es algo o alguien que nos recuerde la voluntad divina. Siempre, antes de recorrer el oscuro callejón del pecado, tendremos que desembarazarnos de personas y cosas que puedan despertarnos la conciencia para incitarnos al bien. Lo malo es que a menudo "ordenamos" guardar silencio al Espíritu Santo Si anhelas hacer la voluntad de Dios, pon como número uno en tu lista de invitados al Espíritu Santo; luego, a todas las fuerzas que te llevarán por la senda del bien. Dios quiere que tengas a tu alrededor recordatorios que te alienten a hacer su voluntad. Los principales son el Espíritu Santo, la Biblia y los siervos de Dios. Pero también pueden serlo un cuadro de Jesús en nuestra habitación, o una calcomanía con el lema «Jesús es mi guía» en nuestro automóvil. Cuantos más recordatorios tengas, más difícil se te hará espaciarte en el pecado. Que tu oración hoy sea: «Padre ayúdame a hacer tu voluntad. Ayúdame a rodearme de cosas y personas que sean un apoyo para hacer lo que es bueno y justo ante tus ojos».
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos
¿Estás en sintonía con la voz de Dios? ¿Quiénes son las personas que Dios está usando para preservarte del mal? ¿Tu esposa? ¿Un amigo de confianza? ¿Un pastor? ¿Cómo respondes a sus consejos? Aprovechándose de la vejez del rey David, su hijo Adonías decidió proclamarse rey de la nación. Sin duda, Adonías se sentía el hombre más capacitado para el puesto. Después de todo, él era el siguiente en el derecho de sucesión al trono tras la muerte de su hermano mayor, Amnón. Así que elaboró una lista de invitados especiales para hacer el anuncio de que se proclamaba rey. Invitó a todos sus hombres de confianza y a su hermanos, excepto a Salomón, que era al que David había elegido para sucederlo. Otro de los nombres que faltaba en la lista era el del profeta Natán, el hombre que había sido un oráculo de Dios para el rey David. Fue el profeta que había confrontado a David para concienciarlo del pecado que había cometido con Betsabé y Urías. Cuando se necesitaba un mensaje divino, el hombre que sin falta debía estar presente era el profeta Natán. Pero Natán no estaba en la lista de los invitados de Adonías. Adonías había llegado a un punto en que no quería que nada ni nadie le recordara la voluntad de Dios. Con esa actitud es fácil imaginarnos cómo se desenvolvió la reunión convocada por él. La actitud de Adonías se parece a la de muchos hoy. Cuando deseamos hacer algo que va en contra de la voluntad de Dios, lo último que queremos que se cruce en nuestro camino es algo o alguien que nos recuerde la voluntad divina. Siempre, antes de recorrer el oscuro callejón del pecado, tendremos que desembarazarnos de personas y cosas que puedan despertarnos la conciencia para incitarnos al bien. Lo malo es que a menudo "ordenamos" guardar silencio al Espíritu Santo Si anhelas hacer la voluntad de Dios, pon como número uno en tu lista de invitados al Espíritu Santo; luego, a todas las fuerzas que te llevarán por la senda del bien. Dios quiere que tengas a tu alrededor recordatorios que te alienten a hacer su voluntad. Los principales son el Espíritu Santo, la Biblia y los siervos de Dios. Pero también pueden serlo un cuadro de Jesús en nuestra habitación, o una calcomanía con el lema «Jesús es mi guía» en nuestro automóvil. Cuantos más recordatorios tengas, más difícil se te hará espaciarte en el pecado. Que tu oración hoy sea: «Padre ayúdame a hacer tu voluntad. Ayúdame a rodearme de cosas y personas que sean un apoyo para hacer lo que es bueno y justo ante tus ojos».
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos
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