Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María (Hechos 1: 14).
Como familia decidimos ir a Montemorelos para que mi esposo se preparara para servir al Señor en el ministerio. Sin embargo, me sentía triste porque me alejaba de mis padres, y más porque papá sufría de insuficiencia renal, pero confiaba totalmente en Dios, e hice mía la promesa de Jesús al decir que todo lo que pidamos en oración, creyendo lo recibiremos (Mat. 21: 22). Mi padre llevaba seis años en espera de un transplante de riñon. En el verano del 2005 mi esposo llevaba a su cargo un grupo de muchachos a Villahermosa, Tabasco, para colportar, así que yo me enlisté como col-portora en su grupo. Cada día, al salir y regresar del trabajo, oraba por mi padre e hijos. Una tarde cuando regresé, sentí gran necesidad de hablar con Dios, tomé tiempo y me aparté para orar: rogué para que el transplante que mi padre necesitaba se encontrara compatible y lo llamaran para colocárselo. Verlo sufrir me causaba mucho dolor, y en esa oración lloré y derramé mi alma a Dios. Cuando terminé sentí gran tranquilidad en mi corazón. Como a las dos horas, llegó un mensaje a mi teléfono celular en el que me avisaban que mi padre había sido transplantado días atrás y que ahora estaba grave en el Centro Médico La Raza de la Ciudad de México. En ese momento tenía varios compromisos de trabajo, así que le pedí a mi esposo y a una compañera que me apoyaran, y al día siguiente salí con rumbo a la Ciudad de México. Al llegar al hospital pedí el pase de visita y subí a verlo. Me preparé para lo peor. Esperaba verlo en su cama moribundo, pero qué gran sorpresa me llevé. Lo encontré de pie dándole ánimos a una persona que se encontraba en una condición semejante a la suya. Sentí una gran alegría al verlo así y darme cuanta que el mensaje que había recibido estaba un poco alterado. Mi querida hermana, hoy puedo decir que nuestro Padre celestial cumple fielmente sus promesas. Si hay algo en tu corazón por lo que has pedido muchas veces, no desistas y sigue orando. Dios te contestará en el momento preciso, ponió a prueba, haz tuya la promesa y él responderá de la mejor manera.
Como familia decidimos ir a Montemorelos para que mi esposo se preparara para servir al Señor en el ministerio. Sin embargo, me sentía triste porque me alejaba de mis padres, y más porque papá sufría de insuficiencia renal, pero confiaba totalmente en Dios, e hice mía la promesa de Jesús al decir que todo lo que pidamos en oración, creyendo lo recibiremos (Mat. 21: 22). Mi padre llevaba seis años en espera de un transplante de riñon. En el verano del 2005 mi esposo llevaba a su cargo un grupo de muchachos a Villahermosa, Tabasco, para colportar, así que yo me enlisté como col-portora en su grupo. Cada día, al salir y regresar del trabajo, oraba por mi padre e hijos. Una tarde cuando regresé, sentí gran necesidad de hablar con Dios, tomé tiempo y me aparté para orar: rogué para que el transplante que mi padre necesitaba se encontrara compatible y lo llamaran para colocárselo. Verlo sufrir me causaba mucho dolor, y en esa oración lloré y derramé mi alma a Dios. Cuando terminé sentí gran tranquilidad en mi corazón. Como a las dos horas, llegó un mensaje a mi teléfono celular en el que me avisaban que mi padre había sido transplantado días atrás y que ahora estaba grave en el Centro Médico La Raza de la Ciudad de México. En ese momento tenía varios compromisos de trabajo, así que le pedí a mi esposo y a una compañera que me apoyaran, y al día siguiente salí con rumbo a la Ciudad de México. Al llegar al hospital pedí el pase de visita y subí a verlo. Me preparé para lo peor. Esperaba verlo en su cama moribundo, pero qué gran sorpresa me llevé. Lo encontré de pie dándole ánimos a una persona que se encontraba en una condición semejante a la suya. Sentí una gran alegría al verlo así y darme cuanta que el mensaje que había recibido estaba un poco alterado. Mi querida hermana, hoy puedo decir que nuestro Padre celestial cumple fielmente sus promesas. Si hay algo en tu corazón por lo que has pedido muchas veces, no desistas y sigue orando. Dios te contestará en el momento preciso, ponió a prueba, haz tuya la promesa y él responderá de la mejor manera.
Irais López de Monroy
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.
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