Mándales que hagan el bien [...]. Así tendrán riquezas que les proporcionarán una base firme para el futuro, y alcanzarán la vida verdadera. 1 Timoteo 6: 18, 19.
Corría el año 1903. Los automóviles empezaban a sustituir a los coches de caballos. Nelson Jackson, un médico de Nueva Inglaterra, estaba de vacaciones en California cuando apostó que podía cruzar toda Norteamérica al volante de uno de esos nuevos inventos. Algunos le tomaron la palabra. Así que compró un automóvil de dos cilindros, de veinte caballos de potencia y con transmisión por cadena y emprendió viaje hacia la costa este. Las malas carreteras, las numerosas averías y una velocidad límite de solo treinta kilómetros por hora hacían que el viaje fuese un verdadero desafío. A pesar de todos los inconvenientes, el doctor acabó el viaje de casi diez mil kilómetros y ganó la apuesta de cincuenta dólares. Pero le costó dos meses de su vida y ocho mil dólares. Cuando inviertas tu tiempo y tu dinero, asegúrate de que la contrapartida sea buena, Jugar con videojuegos, ver la televisión, leer mucha ficción y hablar horas y horas por teléfono puede ser divertido, ¿pero qué te queda cuando has acabado? Por otra parte, el tiempo que inviertes en los estudios es un tiempo bien gastado. El conocimiento que obtienes será tuyo para el resto de tu vida. Aprender a tocar un instrumento musical, en especial el piano, también es una buena inversión. Potencia la mente y da la oportunidad de contribuir a la Escuela Sabática y los programas de la iglesia. Pero lo más importante de todo es la inversión que hagas en tu relación con Dios. Dedica un tiempo cada día para aprender más de Él, para orar y para compartir con los demás lo que hayas aprendido. Nada es más importante para esta vida y la que ha de venir que conocerlo mejor. La vida es corta. Invierte con inteligencia.
Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.
Corría el año 1903. Los automóviles empezaban a sustituir a los coches de caballos. Nelson Jackson, un médico de Nueva Inglaterra, estaba de vacaciones en California cuando apostó que podía cruzar toda Norteamérica al volante de uno de esos nuevos inventos. Algunos le tomaron la palabra. Así que compró un automóvil de dos cilindros, de veinte caballos de potencia y con transmisión por cadena y emprendió viaje hacia la costa este. Las malas carreteras, las numerosas averías y una velocidad límite de solo treinta kilómetros por hora hacían que el viaje fuese un verdadero desafío. A pesar de todos los inconvenientes, el doctor acabó el viaje de casi diez mil kilómetros y ganó la apuesta de cincuenta dólares. Pero le costó dos meses de su vida y ocho mil dólares. Cuando inviertas tu tiempo y tu dinero, asegúrate de que la contrapartida sea buena, Jugar con videojuegos, ver la televisión, leer mucha ficción y hablar horas y horas por teléfono puede ser divertido, ¿pero qué te queda cuando has acabado? Por otra parte, el tiempo que inviertes en los estudios es un tiempo bien gastado. El conocimiento que obtienes será tuyo para el resto de tu vida. Aprender a tocar un instrumento musical, en especial el piano, también es una buena inversión. Potencia la mente y da la oportunidad de contribuir a la Escuela Sabática y los programas de la iglesia. Pero lo más importante de todo es la inversión que hagas en tu relación con Dios. Dedica un tiempo cada día para aprender más de Él, para orar y para compartir con los demás lo que hayas aprendido. Nada es más importante para esta vida y la que ha de venir que conocerlo mejor. La vida es corta. Invierte con inteligencia.
Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.
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