Queridos hermanos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. 1 Juan 4: 7.
El pastor Ken Micheff dirigía el culto en nuestra escuela. Hablaba de lo maravilloso que es ser cristiano y empezó a preguntar a varios alumnos si amaban a Dios. Yo me pregunte lo mismo. ¿Amaba a Dios? ¿Mis primeros pensamientos por la mañana estaban destinados a él? ¿Sentía que estaba unida a él todo el día? Sabía que respetada a Dios, le estaba agradecida y creía en él pero, ¿podía decir que lo amaba? Amar a Dios no es nada que podamos hacer por nosotros mismos. Es algo que debemos recibir directamente de él. Quizá una ilustración de tu pasado pueda aclararte esta idea. Piensa en cómo era el parvulario en Navidades. Cuando veías a las otras personas que hacían las compras de Navidad tenías ganas de comprar regalos para mamá y papá. Pero había un problema. No tenías dinero. La única manera de comprar regalos para los papas era pedirles dinero. Cuando ellos compartían su dinero contigo tú podías comprarles un regalo. Lo mismo sucede con el amor. No tenemos manera de crearlo en nosotros mismos. Dios es la única Fuente del amor. Tenemos que pedirle que comparta su amor con nosotros antes de poder amar, a él y a las personas que nos rodean. El amor puede ser nuestro. Basta con que lo pidamos.
Tomado El Viaje Increíble.
El pastor Ken Micheff dirigía el culto en nuestra escuela. Hablaba de lo maravilloso que es ser cristiano y empezó a preguntar a varios alumnos si amaban a Dios. Yo me pregunte lo mismo. ¿Amaba a Dios? ¿Mis primeros pensamientos por la mañana estaban destinados a él? ¿Sentía que estaba unida a él todo el día? Sabía que respetada a Dios, le estaba agradecida y creía en él pero, ¿podía decir que lo amaba? Amar a Dios no es nada que podamos hacer por nosotros mismos. Es algo que debemos recibir directamente de él. Quizá una ilustración de tu pasado pueda aclararte esta idea. Piensa en cómo era el parvulario en Navidades. Cuando veías a las otras personas que hacían las compras de Navidad tenías ganas de comprar regalos para mamá y papá. Pero había un problema. No tenías dinero. La única manera de comprar regalos para los papas era pedirles dinero. Cuando ellos compartían su dinero contigo tú podías comprarles un regalo. Lo mismo sucede con el amor. No tenemos manera de crearlo en nosotros mismos. Dios es la única Fuente del amor. Tenemos que pedirle que comparta su amor con nosotros antes de poder amar, a él y a las personas que nos rodean. El amor puede ser nuestro. Basta con que lo pidamos.
Tomado El Viaje Increíble.
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