miércoles, 14 de octubre de 2009

NO TEMAS

Observa a los que son íntegros y rectos: hay porvenir para quien busca la paz (Salmo 37: 37).

Si has tenido la oportunidad de convivir con algún ser querido que padece diabetes, compartirás conmigo la idea de que esta enfermedad puede convertirse en una carrera muy larga y con muchas complicaciones a lo largo de ella. Mi esposo padeció diabetes durante 27 años, y recuerdo con facilidad las tantas veces que su situación médica se complicó, pero cada vez que eso pasó, a pesar de lo difícil que pudiera resultar, nunca dejé de sentir el cuidado de Jesús sobre él y su familia. La última vez estuvo en el hospital durante algunos días; cuando le dieron de alta lo trajimos a casa y pedimos al pastor que lo ungiera. Ese día después de la unción, en medio de paz y de perdón, cuando me recosté para tratar de descansar, me quedé dormida y soñé que en la oscuridad mi esposo me llamaba por mi nombre para que lo ayudara a cambiar de posición. Cuando me incorporé y me acerqué, en mi sueño miré claramente a dos ángeles parados uno a cada lado de la cama, como si estuvieran cubriendo a mi esposo. Aunque no pude ver sus rostros, la paz y la seguridad que sentí dentro de mi corazón es imposible de explicar. Justo en medio de esa escena, mi esposo me despertó para pedirme que le ayudara a moverse para cambiar de posición. Yo sé que cuando traté de cargarlo, como todas las noches anteriores, los ángeles que miré en mi sueño fueron quienes me ayudaron a moverlo, porque mi marido me pareció muy ligero esa noche. Gracias a Dios porque puedo decir con convicción, como Pablo, que esa noche estuvieron con nosotros los ángeles del Dios de quien soy y a quien sirvo. Sé que a través de su presencia en mi sueño Dios me dijo: «No tengas miedo, ¡ánimo!» Ese sueño cambió mi perspectiva. Pocos días después, el Señor llamó a mi esposo al descanso. Confío en Dios que será como él ha dicho, y cuando él venga en gloria y majestad los muertos en Cristo resucitarán primero, y entre ellos estará mi esposo. Desde hoy permite que la presencia de los ángeles de Dios te haga con­fiar en su amoroso cuidado y te brinde la paz que necesitas.

Etelvina Ayala de Tello
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.

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