jueves, 1 de octubre de 2009

PEQUEÑO, PERO NO POR MUCHO TIEMPO

El que anda tras el bien, busca ser aprobado; al que anda tras el mal, mal le irá. proverbios 11: 27

Cuando el pastor Alvaro Sauza era joven, él y su familia vivían Florida. Una mañana, mientras tomaban el desayuno, por un agujero del suelo salió una criatura pequeña y curiosa. Los niños se arremolinaron alrededor e intentaron descubrir qué era. —Es un bebé cangrejo —explicó la mamá—. ¿Por qué no probáis a darle un pedazo de pan? A lo mejor le gusta. Por eso, Alvaro, que era el mayor y más valiente, tomó un pedazo de su tostada y se lo acercó al cangrejo. El cangrejo alargó una de sus pequeñas pinzas y tomó el pedazo de pan. Después desapareció por un agujero de la pared. Al cangrejo debió gustarle el pan, porque al día siguiente volvió a aparecer. Esta vez, Martha, la hermana de Alvaro, dio de comer al animalito antes de que desapareciera de nuevo en la oscuridad. Los niños esperaban ansiosos la visita de su amigo. Pero al cabo de poco tiempo, el cangrejo creció y ya no pudo pasar por el agujero. Tan solo metía la pinza por la abertura. Los niños, al verla agitándose, le daban más pan. Pero el tiempo pasó y la pinza ya no pudo atravesar el agujero. El cangrejo lo resolvió dando unos golpecitos en la pared hasta que los niños lo escuchaban y dejaban caer el pan por el agujero. Unas semanas después, el propietario de la casa se detuvo para cobrar el alquiler —Por cierto, Sra. Sauza —dijo—, sería conveniente que vigilara a los niños cuando salgan. Ayer vi un cangrejo gigantesco que se arrastraba debajo de la casa. Aunque cuando era pequeño el cangrejo no representaba peligro alguno, con paso del tiempo se convirtió en un peligro. Lo mismo sucede con los astutos engaños de Satanás. Parece que al principio no son nada peligrosos, pero si se les da tiempo, acaban escapando a nuestro control. Vigila las pequeñas tentaciones. No les permitas crecer.

Tomado El Viaje Increíble.

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