Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y: Ama a tu prójimo como a ti mismo (Lucas 10:27).
a fe del cristiano a menudo es puesta a prueba en circunstancia poco usuales. Y eso fue lo que nos sucedió recién casados a mi esposo y a i cuando vivíamos en la ciudad de Múzquiz, Coahuila, México. Como la mayoría de las parejas, después de una linda boda queda uno con un presupuesto reducido. Así que al principio luchamos para lograr una estabilidad económica. Comencé a trabajar de manera eventual y eso me permitió obtener algo de dinero. Regularmente cruzaba la frontera entre México y Estado Unidos par air a Eagle Pass, Texas y comprar algo de despensa.
En una de esas ocasiones andaba en los pasillos de Wal-Mart, sin olvidar cuanto dinero Denia en mi bolsa que era un aproximado de cien dólares. Entonces mi esposo se acercó y me dijo que iría a los sanitarios. Cuando regresó me dijo: «Cariño, me encontré esto en el baño». Era una billetera. Me tomé la libertad de revisar a quien pertenecía y resultó que era de alguien que vivía en México y seguramente había ido de compras a Eagle Pass. En la cartera estaban todos sus documentos, incluía su dirección y teléfono. La ciudad donde él residía no era distante de donde nosotros vivíamos, así que decidimos hablarle en ese momento y darle la buena noticia de que habíamos encontrado su billetera. El dueño de la cartera n andaba seguramente con el pendiente de no sobrepasarse con los gastos porque su billetera guardaba mil dólares en efectivo, además de varias tarjetas de crédito. Nunca lo habíamos vista, sin embargo, no dejaba de ser nuestro prójimo.
¡Que gratificante fue verlo a él y a su esposa en nuestra sala y relatarles o sucedido y nuestra decisión! Ese día experimentamos el gozo de mostrar bondad a los demás. El Señor nos exhorta a mar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
a fe del cristiano a menudo es puesta a prueba en circunstancia poco usuales. Y eso fue lo que nos sucedió recién casados a mi esposo y a i cuando vivíamos en la ciudad de Múzquiz, Coahuila, México. Como la mayoría de las parejas, después de una linda boda queda uno con un presupuesto reducido. Así que al principio luchamos para lograr una estabilidad económica. Comencé a trabajar de manera eventual y eso me permitió obtener algo de dinero. Regularmente cruzaba la frontera entre México y Estado Unidos par air a Eagle Pass, Texas y comprar algo de despensa.
En una de esas ocasiones andaba en los pasillos de Wal-Mart, sin olvidar cuanto dinero Denia en mi bolsa que era un aproximado de cien dólares. Entonces mi esposo se acercó y me dijo que iría a los sanitarios. Cuando regresó me dijo: «Cariño, me encontré esto en el baño». Era una billetera. Me tomé la libertad de revisar a quien pertenecía y resultó que era de alguien que vivía en México y seguramente había ido de compras a Eagle Pass. En la cartera estaban todos sus documentos, incluía su dirección y teléfono. La ciudad donde él residía no era distante de donde nosotros vivíamos, así que decidimos hablarle en ese momento y darle la buena noticia de que habíamos encontrado su billetera. El dueño de la cartera n andaba seguramente con el pendiente de no sobrepasarse con los gastos porque su billetera guardaba mil dólares en efectivo, además de varias tarjetas de crédito. Nunca lo habíamos vista, sin embargo, no dejaba de ser nuestro prójimo.
¡Que gratificante fue verlo a él y a su esposa en nuestra sala y relatarles o sucedido y nuestra decisión! Ese día experimentamos el gozo de mostrar bondad a los demás. El Señor nos exhorta a mar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Raquel Coello Rivera
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.
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