No he venido a llamar a justos sino a pecadores para que se arrepientan (Lucas S: 32).
Este asunto de tratar de justificarse por obras meritorias no era tan usual en el judaísmo como lo era en el paganismo. Todas las religiones paganas, sin excepción, son religiones que se basan en el mérito propio para alcanzar la salvación. Las religiones antiguas que ofrecían sacrificios como parte de su adoración, lo hacían con el propósito de aplacar la ira de sus dioses.
La religión judaica, con el tiempo, se convirtió en una religión que enfatizaba el mérito personal para alcanzar el favor de Dios. Notemos: «El principio de que el hombre puede salvarse por sus obras, que es fundamento de toda religión pagana, era ya principio de la religión judaica. Satanás lo había implantado; y doquiera se lo adopte, los hombres no tienen defensa contra el pecado» (E¡ Deseado de todas las gentes, p. 26).
De acuerdo con esa declaración, el principio de la religión basada en el mérito tiene varios problemas. En primer lugar, es un invento satánico. En segundo lugar, es un principio que viene del paganismo. En tercero, cuando se lo adopta no hay defensa contra el pecado. Puesto que la presencia de Cristo en el alma es lo que nos ayuda a vencer nuestra naturaleza carnal, cuando creemos que lo podemos hacer con nuestro esfuerzo personal, caemos en un autoengaño. Ante tal situación, la victoria contra el mal es imposible.
Cuando muchos judíos se hicieron cristianos, trajeron consigo esa manera de ver la relación con Dios. De acuerdo al libro de Hechos, habla muchos que, educados en ese sistema, veían la religión cristiana desde esa perspectiva. Sin embargo, no era la salvación por obras descarada del paganismo, sino la forma en que los judíos la habían adoptado. Una forma sutil de religión por obras: necesitas tener buenas obras para que Dios te acepte. Esto significaba simplemente: para que Dios te acepte, necesitas tener méritos. Dios le preguntaría a las personas: ¿Dónde están tus méritos para que me convenzas que te acepte? De acuerdo a la religión de la Biblia, Dios no pide eso. Quiere que vayamos a él como somos, a fin de limpiarnos y capacitarnos para vencer el mal.
Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C
Este asunto de tratar de justificarse por obras meritorias no era tan usual en el judaísmo como lo era en el paganismo. Todas las religiones paganas, sin excepción, son religiones que se basan en el mérito propio para alcanzar la salvación. Las religiones antiguas que ofrecían sacrificios como parte de su adoración, lo hacían con el propósito de aplacar la ira de sus dioses.
La religión judaica, con el tiempo, se convirtió en una religión que enfatizaba el mérito personal para alcanzar el favor de Dios. Notemos: «El principio de que el hombre puede salvarse por sus obras, que es fundamento de toda religión pagana, era ya principio de la religión judaica. Satanás lo había implantado; y doquiera se lo adopte, los hombres no tienen defensa contra el pecado» (E¡ Deseado de todas las gentes, p. 26).
De acuerdo con esa declaración, el principio de la religión basada en el mérito tiene varios problemas. En primer lugar, es un invento satánico. En segundo lugar, es un principio que viene del paganismo. En tercero, cuando se lo adopta no hay defensa contra el pecado. Puesto que la presencia de Cristo en el alma es lo que nos ayuda a vencer nuestra naturaleza carnal, cuando creemos que lo podemos hacer con nuestro esfuerzo personal, caemos en un autoengaño. Ante tal situación, la victoria contra el mal es imposible.
Cuando muchos judíos se hicieron cristianos, trajeron consigo esa manera de ver la relación con Dios. De acuerdo al libro de Hechos, habla muchos que, educados en ese sistema, veían la religión cristiana desde esa perspectiva. Sin embargo, no era la salvación por obras descarada del paganismo, sino la forma en que los judíos la habían adoptado. Una forma sutil de religión por obras: necesitas tener buenas obras para que Dios te acepte. Esto significaba simplemente: para que Dios te acepte, necesitas tener méritos. Dios le preguntaría a las personas: ¿Dónde están tus méritos para que me convenzas que te acepte? De acuerdo a la religión de la Biblia, Dios no pide eso. Quiere que vayamos a él como somos, a fin de limpiarnos y capacitarnos para vencer el mal.
Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C
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