lunes, 22 de febrero de 2010

EL MANTO DEL ESPÍRITU SANTO

Elias salió de allí y encontró a Elíseo hijo de Safat que estaba arando. Había doce yuntas de bueyes en fila, y él mismo conducía la última. Elias pasó junto a Elíseo y arrojó su manto sobre él. 1 Reyes 10:19.

En las instituciones educativas hay algunas ceremonias en las que investimos a los estudiantes con algunas prendas representativas. En la graduación se usa la «toga», es una especie de manto o bata que significa que el estudiante ha terminado sus estudios. También tenemos el «birrete», que se coloca en la cabeza y de él cuelga la «borla». En el momento de graduación se pasa la borla de un lado a otro, acto que simboliza que el plan de estudios ha terminado. En algunas instituciones agregan cordones de diferentes colores a la vestimenta de graduación para diferenciar los promedios de calificaciones. También se usan medallas con significado especial sobre el liderazgo de los estudiantes.
En la carrera de enfermería, en algún momento del avance del curso de estudios, colocan sobre la cabeza de las mujeres una cofia, prenda muy emblemática de las enfermeras. A los hombres les insertan un pin en su camisa de enfermero. A los estudiantes que inician la carrera de medicina les proporcionan una «bata blanca» en una ceremonia de compromiso con la profesión. A los de la carrera de odontología les proporcionan un pequeño espejo que es típico en el consultorio del dentista. A los que terminan teología les dan una Biblia en una ceremonia de consagración. Te das cuenta que los estudiantes reciben prendas simbólicas en el ejercicio de su profesión. Acostumbro decir a los estudiantes: «La institución educativa les dará un diploma, alguna organización les ofrecerá un trabajo, pero la misión la proporciona Dios. La misión es un llamado al servicio abnegado, a la consagración de todos los talentos al cumplimiento de la misión de Cristo». Es como recibir el manto de Elias, símbolo de la conducción del Espíritu Santo en las tareas laborales y profesionales. Fue el manto que después le dejó Elias como respuesta a la petición de Elíseo de recibir una «partida doble» de su espíritu (2 Reyes 2: 9). Fue el manto con el que Elíseo golpeó las aguas del río Jordán y estas se abrieron. Ese manto está preparado para ti, para que el Espíritu Santo guíe tu misión.
«A medida que trabajen por otros, el poder divino del Espíritu obrará sobre sus almas». MJ 195.

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

No hay comentarios:

Publicar un comentario