Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo. Nehemías 1:4.
¿Puedes imaginarte lo que significó esta actitud de parte de una de las personas de más confianza para el monarca más poderoso de su tiempo? Nehemías se hallaba en una posición de privilegio, con un buen puesto de trabajo, gozaba de todas las comodidades propias de un cortesano, con su futuro asegurado. ¿Futuro asegurado? Bueno, depende en dónde uno tenga puesta su visión.
La visión de Nehemías no se centraba en sus privilegios, ni en la comodidad, ni en su estabilidad personal, sino en los planes de Dios para su pueblo. La visión es el arma más poderosa en la vida de los líderes. Por esa razón Nehemías preguntó por la situación de su pueblo. Es decir, pensó como un líder: «¿Dónde nos encontramos con relación al lugar en el cual deberíamos estar?». En los versículos 2 y 3, se registra un breve informe para Nehemías de parte de una comisión desde Jerusalén. Podríamos decir que le dijeron a Nehemías: «Nos hallamos indefensos, a merced de nuestros enemigos».
La visión que tenía Nehemías con respecto a los planes divinos para su pueblo lo hizo reaccionar de inmediato, pues aunque cumplía una función en un palacio, su compromiso era con el pueblo de Dios. El texto de hoy habla de la reacción de este gran líder. Comenzó donde deben empezar todos los proyectos para Dios; donde tienen que iniciarse todos los procesos de planificación; donde tiene que surgir toda estrategia: Primero, mantener siempre presente el alto ideal de Dios para su pueblo y no conformarse con una situación inferior a ese destino.
Luego guardar silencio y reflexionar, mediante la oración, durante varios días, y practicar el verdadero ayuno para mantenerse alerta a la voz de Dios. ¿Quieres comenzar un proyecto para Dios? Comienza en el mismo lugar donde comenzó Nehemías.
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
¿Puedes imaginarte lo que significó esta actitud de parte de una de las personas de más confianza para el monarca más poderoso de su tiempo? Nehemías se hallaba en una posición de privilegio, con un buen puesto de trabajo, gozaba de todas las comodidades propias de un cortesano, con su futuro asegurado. ¿Futuro asegurado? Bueno, depende en dónde uno tenga puesta su visión.
La visión de Nehemías no se centraba en sus privilegios, ni en la comodidad, ni en su estabilidad personal, sino en los planes de Dios para su pueblo. La visión es el arma más poderosa en la vida de los líderes. Por esa razón Nehemías preguntó por la situación de su pueblo. Es decir, pensó como un líder: «¿Dónde nos encontramos con relación al lugar en el cual deberíamos estar?». En los versículos 2 y 3, se registra un breve informe para Nehemías de parte de una comisión desde Jerusalén. Podríamos decir que le dijeron a Nehemías: «Nos hallamos indefensos, a merced de nuestros enemigos».
La visión que tenía Nehemías con respecto a los planes divinos para su pueblo lo hizo reaccionar de inmediato, pues aunque cumplía una función en un palacio, su compromiso era con el pueblo de Dios. El texto de hoy habla de la reacción de este gran líder. Comenzó donde deben empezar todos los proyectos para Dios; donde tienen que iniciarse todos los procesos de planificación; donde tiene que surgir toda estrategia: Primero, mantener siempre presente el alto ideal de Dios para su pueblo y no conformarse con una situación inferior a ese destino.
Luego guardar silencio y reflexionar, mediante la oración, durante varios días, y practicar el verdadero ayuno para mantenerse alerta a la voz de Dios. ¿Quieres comenzar un proyecto para Dios? Comienza en el mismo lugar donde comenzó Nehemías.
«Se elevan constantemente obteniendo más claros conceptos de Dios y de la eternidad, hasta que el Señor hace de ellos conductos de luz y de sabiduría para el mundo». MJ 245.
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
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