En realidad, lo que pretendían era asustamos. Pensaban desanimarnos, para que no termináramos la obra. Y ahora. Señor, ¡fortalece mis manos! Nehemías 6:9.
¿Sabes lo que significa que la visión alcance las manos? Nehemías tenía una gran visión. Cumplía sus deberes con evidente eficiencia en el palacio, pero su visión lo mantenía centrado en la ciudad de Jerusalén. Decidió que su visión debía materializarse, no fuera que se quedara en mero espejismo. Nehemías era de los que saben convertir las buenas ideas en grandes acciones. En el palacio estuvo atento al momento indicado, y actuó en el momento oportuno, siempre bajo la dirección de Dios. Toma tu Biblia y lee Nehemías 2: 1-4.
Convirtió su visión en un plan de trabajo que comunicó al rey, con tal previsión, que hasta pidió cartas de recomendación para agilizar todos los procesos. Luego en Jerusalén, con el don de liderazgo que evidentemente Dios le había otorgado, comenzó a inspirar al pueblo al compartir su visión con todos. Los trabajos de reconstrucción comenzaron y enseguida surgieron los problemas. ¿Verdad que también ocurre hoy cuando decides participar en un proyecto para cumplir la misión de Cristo?
Las dificultades fueron de tal calibre, que quienes participaban del proyecto de reconstrucción, «con una mano trabajaban en la obra y con la otra sostenían la espada» (Nehemías 4: 17, RV95). Nehemías desarrolló estrategias para que la visión se mantuviera bien viva entre el pueblo, a fin de que la unión entre todos no se debilitara. El mismo Nehemías actuó dando un ejemplo de concentración. Cuando los enemigos lo querían distraer, les envió un mensaje: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir» (Nehemías 6: 3).
Era evidente que la visión se había transmitido a las manos. Pero también los problemas se habían agudizado, incluso mediante la propagación de calumnias con respecto a las motivaciones del propio Nehemías. Es ahí donde aparece la breve y sencilla oración de Nehemías. Si sirves a Cristo en el cumplimiento de su misión, haz que la visión te llegue hasta las manos y pídele a Dios su fortaleza.
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
¿Sabes lo que significa que la visión alcance las manos? Nehemías tenía una gran visión. Cumplía sus deberes con evidente eficiencia en el palacio, pero su visión lo mantenía centrado en la ciudad de Jerusalén. Decidió que su visión debía materializarse, no fuera que se quedara en mero espejismo. Nehemías era de los que saben convertir las buenas ideas en grandes acciones. En el palacio estuvo atento al momento indicado, y actuó en el momento oportuno, siempre bajo la dirección de Dios. Toma tu Biblia y lee Nehemías 2: 1-4.
Convirtió su visión en un plan de trabajo que comunicó al rey, con tal previsión, que hasta pidió cartas de recomendación para agilizar todos los procesos. Luego en Jerusalén, con el don de liderazgo que evidentemente Dios le había otorgado, comenzó a inspirar al pueblo al compartir su visión con todos. Los trabajos de reconstrucción comenzaron y enseguida surgieron los problemas. ¿Verdad que también ocurre hoy cuando decides participar en un proyecto para cumplir la misión de Cristo?
Las dificultades fueron de tal calibre, que quienes participaban del proyecto de reconstrucción, «con una mano trabajaban en la obra y con la otra sostenían la espada» (Nehemías 4: 17, RV95). Nehemías desarrolló estrategias para que la visión se mantuviera bien viva entre el pueblo, a fin de que la unión entre todos no se debilitara. El mismo Nehemías actuó dando un ejemplo de concentración. Cuando los enemigos lo querían distraer, les envió un mensaje: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir» (Nehemías 6: 3).
Era evidente que la visión se había transmitido a las manos. Pero también los problemas se habían agudizado, incluso mediante la propagación de calumnias con respecto a las motivaciones del propio Nehemías. Es ahí donde aparece la breve y sencilla oración de Nehemías. Si sirves a Cristo en el cumplimiento de su misión, haz que la visión te llegue hasta las manos y pídele a Dios su fortaleza.
«El joven que halla su gozo [...] en la hora de la oración, será constantemente refrescado por los sorbos de la fuente de vida». MJ 245.
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
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