Yo, Señor, te mego que me ayudes; par la mañana busco tu presencia en oración (Salmos 88:13).
Cuando tecleé la frase «de mañana» para buscarla en la Biblioteca Electrónica, me percaté de que muchos personajes, con disímiles propósitos, se levantaron de mañana para lograr sus objetivos. Por ejemplo: Abimelec se levantó de mañana y reprendió a Abraham por su conducía equivocada. También fue de mañana cuando el patriarca, años más tarde, lomó un odre de agua y lo colocó en las manos de Agar, a quien despidió junto a su hijo. Labán besó a sus hijos y se despidió de ellos de mañana. De mañana, Moisés se presentó con un mensaje solemne ante el faraón.
Aunque hay personas a las que por naturaleza les gusta dormir toda la mañana, no es menos cierto que también por naturaleza el ser humano ha sido creado para realizar su actividad durante las horas de luz. Por lo que levantarse temprano por la mañana, con la frescura de la brisa, cuando todavía el sol no se ha convertido en ese verdugo implacable que hace brotar gruesas gotas de sudor, cuando nuestra mente está más descansada y nuestras fuerzas renovadas, resulta una gran bendición.
Si estás leyendo estas páginas durante las primeras horas del día, antes de dirigirte a tu trabajo o a tu escuela, o antes de comenzar las tareas diarias, tómate un par de minutos para sentir la presencia de Dios junto a ti y recrearte en ella. Si comienzas el día entregándote incondicionalmente en las manos de tu Salvador, obtendrás grandes victorias a lo largo de la jornada, pues tu mente estará bien enfocada en todo momento. Si aún es de noche cuando abras este libro, proponte tener una experiencia nueva mañana por la mañana y prepara tu despertador para ello. Estoy segura de que Dios te estará esperando, porque él quiere tener un encuentro personal contigo cada mañana, antes de que comiences tus actividades.
El sol que despierta el día te anuncia un nuevo encuentro con tu Dios. No faltes a la cita, pues saldrás de tu hogar fortalecida y te esperarán grandes bendiciones a lo largo de, la jornada.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Cuando tecleé la frase «de mañana» para buscarla en la Biblioteca Electrónica, me percaté de que muchos personajes, con disímiles propósitos, se levantaron de mañana para lograr sus objetivos. Por ejemplo: Abimelec se levantó de mañana y reprendió a Abraham por su conducía equivocada. También fue de mañana cuando el patriarca, años más tarde, lomó un odre de agua y lo colocó en las manos de Agar, a quien despidió junto a su hijo. Labán besó a sus hijos y se despidió de ellos de mañana. De mañana, Moisés se presentó con un mensaje solemne ante el faraón.
Aunque hay personas a las que por naturaleza les gusta dormir toda la mañana, no es menos cierto que también por naturaleza el ser humano ha sido creado para realizar su actividad durante las horas de luz. Por lo que levantarse temprano por la mañana, con la frescura de la brisa, cuando todavía el sol no se ha convertido en ese verdugo implacable que hace brotar gruesas gotas de sudor, cuando nuestra mente está más descansada y nuestras fuerzas renovadas, resulta una gran bendición.
Si estás leyendo estas páginas durante las primeras horas del día, antes de dirigirte a tu trabajo o a tu escuela, o antes de comenzar las tareas diarias, tómate un par de minutos para sentir la presencia de Dios junto a ti y recrearte en ella. Si comienzas el día entregándote incondicionalmente en las manos de tu Salvador, obtendrás grandes victorias a lo largo de la jornada, pues tu mente estará bien enfocada en todo momento. Si aún es de noche cuando abras este libro, proponte tener una experiencia nueva mañana por la mañana y prepara tu despertador para ello. Estoy segura de que Dios te estará esperando, porque él quiere tener un encuentro personal contigo cada mañana, antes de que comiences tus actividades.
El sol que despierta el día te anuncia un nuevo encuentro con tu Dios. No faltes a la cita, pues saldrás de tu hogar fortalecida y te esperarán grandes bendiciones a lo largo de, la jornada.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
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